Letras y fotos: Lorenzo Pascual (web).
El pasado jueves fue día de triplete fotográfico y musical para el que esto suscribe. Fotos en los conciertos del contrabajista Vladimir Torres dentro del Ciclo Auditorio del Bilbaína Jazz Club, del bardo rock John Paul Keith en el Kafe Antzokia y, por fin, en el marco del Warming Up que organiza el BBK Music Legend Festival, fotos y concierto completo del motivo de esta reseña, Shawn James en la Sala Azkena. Un Azkena que presentaba una muy buena entrada, con muchos de los habituales y, oh sorpresa, una gran cantidad de joveznos/as que se sabían muchos de los temas. En el concierto de Death South pasó algo parecido y ya aluciné en su momento también.
Con cierto retraso respecto a la cartelería que anunciaba el concierto, Shawn James se presentó en formato cuarteto con guitarra, bajo, batería y el violín de Sage Cornelius que descolló a gran altura. Fue un estupendo bolo en el que destacó la épica de unas canciones que en la desgarradora voz de Shawn James adquirieron un aura mágica. El blues en sus manos se desgarra y va un poco más allá, interactúa con otros estilos, cercanos muchas veces al metal incluso, volando a lomos de un artista con feeling.
Fue un concierto con dos partes, una eléctrica y descomunal con la energía saliendo a chorros por los micros y otra, acústica, con Shawn manteniendo la atención y las expectativas de una parroquia que salivaba ante la golosina sonora. En esta parte cayeron las versiones, "Ain't No Sunshine" reconocible, "The Number Of The Beast" fue una liturgia en la cavernosa voz de Shawn y la final "War", ya en el bis, fue un akelarre, un desbarre sónico, un puñetazo encima de la mesa que finiquitó el concierto de la mejor manera posible.
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