Texto y fotos: Lorenzo Pascual (web)

Bonnie Prince Billy & Bitchin Bajas aterrizaron ayer miércoles en el Kafe Antzokia de Bilbao para ofrecer un concierto espiritual y pleno de psicodelia. En días pasados Will Oldham y los suyos hicieron un set dividido en tres partes (banda, Bonnie Prince y todos al alimón) pero para Bilbao decidieron saltarse las dos primeras partes y eso que agradecimos.

Ante una entrada potente (yo diría que unos tres cuartos de aforo) y durante 70 minutos, sonaron delicados, inmersos en fraseos orgánicos y sobre un colchón musical tejido con los mimbres que aportaron sintetizador, órgano, instrumentos de viento, un artilugio de cuerda similar a las steel guitar con dos grupos de cuerdas y los loops que generaba el propio Will con su voz y/o guitarra. Principió psicodélico apoyado en el grupo y agarrado a su guitarra, pleno de loops que reproducían de forma rítmica frases susurradas y acordes. No acostumbrado a este tipo de sonidos, aluciné con la propuesta.

 
A partir de ahí el concierto se desarrolló por los mismos derroteros con un Oldham desprovisto de ornamentación (más allá de los loops) que utilizó su voz como machete para abrir nuestra percepción en base a repeticiones y fraseos plenos de emoción. Tras un discurso, leído, quizás demasiado largo, llegó la parte final del concierto donde, otra vez con su guitarra, volvió por derroteros más transitados, de atmósferas envolventes y guitarra rijosa (sonaba de cine aunque pronto la abandonó en favor de loops) que volvió a captar mi atención.

Tras el bis, largamente solicitado, cargado de intensidad otra vez, punto y final a un concierto que me sorprendió y engatusó sobre todo en los momentos en los que la guitarra adquiría protagonismo. Quizás en disco no lo aguantaría pero volvería al directo de Bonnie Prince Billy & Bitchin Bajas.



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