Han pasado menos de 48 horas desde que terminó la edición de 2012 del Sonisphere Festival y creo que el revuelo organizado en blogs, webs musicales y prensa especializada no tiene comparación posible con ningún otro festival. Lo que para unos ha sido un éxito para otros un fracaso y actuaciones consideradas como históricas pasan a ser grandes decepciones para muchos. Después de dar un repaso a muchas entradas en la red me estoy empezando a preguntar si realmente he acudido al mismo evento que todos los demás o si mi escasa habilidad para olvidarme de un concierto y en cinco minutos estar presenciando otro tienen que ver con mi capacidad de análisis. No pretendo dar una sesuda crónica de actuaciones e interpretaciones o tan siquiera una enumeración de los logros y carencias de la organización, pero si me lo permitís me gustaría exponer mi opinión personal después de dos días de conciertos.
Si vamos de lo particular a lo general he de confesar que la razón por la que me desplacé hasta Getafe fue ver a Soundgarden, sin duda una de mis bandas fetiche de todos los tiempos y una de mis grandes asignaturas pendientes en concierto. Tanto es así que de las restantes 25 bandas del cartel jamás había coincidido con ellas, a pesar de los más de 500 conciertos a los que he asistido en el último lustro, con lo que mis ojos y mi capacidad de sorpresa hacia todas ellas era absoluta. No considero un festival el mejor lugar para apreciar el buen hacer de un grupo ni el mejor medio de poder ver la dimensión que una banda puede llegar a tener en las distancias cortas de una sala donde cada gesto y cada nota cuenta. Además creo que cada vez quedan menos grupos de estadio (parafraseando el "stadium rock" que acuñan los anglosajones), y eso quedó patente en muchos de los conciertos vividos. Sin embargo creo que la organización del festival acertó de pleno en la composición del cartel ya que por una vez, y si exceptuamos a Metallica y Slayer, podíamos ver una alineación compuesta por nuevos grandes nombre y bandas con proyección, en vez de los manidos carteles sin capacidad de riesgo a las que nos tienen acostumbrados.
Lo que mejoró también de manera ostensible fue el lugar y la organización del evento después de la mala sensación dejada en la edición anterior. Desde luego que quedan cosas que mejorar pero el recinto contó con espacio suficiente para albergar la mareante cifra de asistentes, 38.000 el viernes y más de 54.000 el sábado, con aparcamiento algo lejano (unos 20-30 minutos andando) pero suficiente, estación de tren en menos de cinco minutos, acceso por carretera sencillo, directo y bastante cerca de un núcleo de población. Además los accesos fueron fluidos si tenemos en cuenta el elevado número de personas que acudieron (y casi todas lo hicimos a las mismas horas) y en las barras la aglomeración fue menor probablemente a consecuencia de que las actuaciones fueron continuas y no hubo las típicas avalanchas entre concierto y concierto. Entre los aspectos a mejorar como casi siempre los servicios que no basta que sean más numerosos sino que hay que intentar que estén limpios (y con agua), el sonido que por momentos, sobre todo el viernes, fue muy insuficiente en potencia, especialmente en el escenario dos y el retraso de las últimas bandas del sábado que obligó a Fear Factory a actuar a las 4 de la mañana, dos horas después del horario fijado, con la gente muy cansada y como en mi caso, en retirada.
Ahora bien, de todo ello lo más incomprensible para mi es que se organizara el programa de manera que las actuaciones de las bandas se solaparan, eso no lo puedo llegar a entender, ¿por qué no hacer que una comience cuando otra termina?, si es problema de no alargar el festival siempre es conveniente que quiten alguna banda y los que asistamos podamos ver todo el programa porque hubo momentos en los que dolía tener que elegir entre Limp Bizkit o Kyuss Live, entre Offspring o Paradise Lost o entre Soundgarden u Orange Goblin, no hay necesidad de ello y espero sinceramente que esto no se vuelva a repetir.
El viernes era mi día del programa probablemente al contrario que la mayoría de asistentes, muy centrados en el metal y que esperaban las andanadas de vatios del sábado. No llegué a tiempo de ver a Corrosion Of Conformity, una pena, y a Sonata Arctica les escuché de lejos mientras recogía mi pulsera así que fue Kobra & The Lotus mi primera experiencia festivalera, una banda con chica al frente y metal bastante desfasado que en directo no me dijeron nada. Que Limp Bizkit no me gustan es algo que tengo claro pero al menos pensé que me entretendrían. Con una formación musical reducida a la mínima expresión expusieron su "chandal metal" con más pena que gloria. Si pretenden dar sensación de "peligrosidad musical" están bastante lejos de conseguirlo y si quieren fusionar el metal con el rap y que suene duro ese concepto para mí lo explotaron Body Count en los 90 con diferencias notables. Ni el disfraz de Wes Borland ni los movimientos espasmódicos de Fred Durst con sus números preparados me llamaron la atención. Sin embargo para muchos fueron los triunfadores de la noche, cuestión de opiniones pero ni sus singles Rollin o My Generation ni la cover de Faith me dijeron nada.
Primer punto fuerte Kyuss Lives!. Mientras me encamino al escenario dos me maldigo por no haberles visto en una sala y no haber conocido la versión original. Suenan densos a pesar de que el sonido no es nada bueno, y primero el bombo y luego la batería se lo comen todo. John Garcia y Brant Bjork se comen en actitud el escenario y se echa de menos la presencia de John Homme al que su sustituto no consigue hacer olvidar. One Inch Man es el primer regalo que me hace este festival y Green Machine me taladra el cerebro. No se mueven mucho en el escenario pero crean una atmosfera especial. Necesito verles en una sala.
No esperaba mucho de Offspring y es lo que me dieron. Para los que nos hemos criado en el punk lo de estos chicos no es más que una broma de mal gusto y encima en el escenario estuvieron inmóviles y aburridos. Una sucesión de singles sin sentido ni pasión para la creación de un gigantesco karaoke sin conciencia. Comentaba con mi amigo que lo único que se podía esperar de ellos es que me divirtieran pero ni ellos mismos parecieron disfrutar.
Respeto a Paradise Lost incluso cuando muchos los han denostado en algunos momentos poco afortunados de su carrera. No me imaginaba que tirarían tanto de su nuevo trabajo en un festival en el que muchos van a disfrutarlos y tampoco me dijeron nada. Estuvieron inmóviles e inapetentes y encima tuvieron uno de los peores sonidos del festival. Cuando cambiaban de su época más fuerte a los nuevos temas el bajón era considerable y creo que no acertaron en nada y su actuación, al menos en los "novatos" en su directo dejó más dudas que certezas. Una pena.
Como comentaba al principio yo fui a ver a Soundgarden y disfruté de la experiencia como nunca. Incluso le dije a mi acompañante que si no le importaba prefería que me dejara solo durante ese concierto, me daban igual los 38.000 que me rodeaban esto era entre ellos y yo y no puedo ser para nada objetivo. El concierto me encantó en todos los aspectos, al contrario que la impresión general. Salieron a cumplir con los suyos y aunque no dejaron sus éxitos de lado y se centraron en el Badmotorfinger (como hacer lo contrario cuando has parido uno de los trozos de historia más sólidos de la humanidad??) no se privaron de colar Gun o Hunted Down, de sus primeros trabajos, mientras yo pensaba "ahora tocan Little Joe y me tienen que sacar de aquí los de seguridad". Matt Cameron se comió a todos los baterías del universo incluido el moñas que toca actualmente en Pearl Jam (!!!??) y Kim Thayil volvió a demostrar que es un guitara de otra galaxia. Cornell, mucho más comedido que en su papel de estrella de alternativos descerebrados, volvió a cantar sin apenas esfuerzo a un nivel sobrehumano. Claro que nos son los de hace 15 años, yo tampoco lo soy, y aquella banda que destrozó mi VHS mediante el visionado compulsivo de Motorvision nunca regresará pero salieron vencedores del festival sin duda y además sin hacer excesivas concesiones. Un mejor sonido, sobre todo en la inicial Searching With My Good Eye Closed y que hubieran omitido la desastrosa Live To Rise hubieran satisfecho mis plegarias pero enlazar Outshined, Rusty Cage y Black Hole Sun llenó todas mis expectativas.
No pude disfrutar de Orange Goblin más que un par de temas desde lejos, primero porque coincidió con Soundgarden y segundo porque aún estaba en estado de shock pero lo que escuché de fondo me gustó, los prestaré más atención. Y de Machine Head poco puedo decir, simplemente que no entendí la buena fama en directo que tienen. Tuvieron mala ecualización en la mesa y hablaron demasiado entre las canciones quitándole ritmo al show, me dio la impresión de que no son una banda de escenario grande y allí se pierden, les abandoné por la barra del bar y el maletero del coche donde celebré por todo lo alto el concierto que había vivido ese día.
Me costó dormir, y no por el sofá del amigo que me acogió en última instancia, así que bien prontito hicimos honor a las cañas y tapas de la capital con el tiempo suficiente de llegar para ver a Mastodon. Su último disco me parece una obra maestra y en directo me encantaron. Tienen personalidad, saben explotar su sonido y son un soplo fresco en un mundo, el del metal, que hace años huele bastante rancio. Tengo una cita con ellos en su próximo tour. Paso de Children Of Bodom y sus ejercicios masturbatorios así que me encamino a ver a Within Temptation sin muchas expectativas y milagrosamente me agradan. Su vocalista canta muy bien y su fusión de ritmos duros con melodías para todos los públicos es agradable. Interpretan todos sus singles y ofrecen la imagen de una banda a la que los grandes escenarios no la vienen pequeños. "No my cup of tea", que dicen los ingleses, pero se ganaron mi respeto aunque les dejé con tiempo de no perderme a Ghost, en mi opinión la gran revelación del festival. Hay mucho más que una imagen impactante con sus disfraces de obispo y secuaces, hay una banda potente y con temas que suenan a himnos, una especia de Mercyful Fate para todos los públicos, tienen la magia suficiente para atrapar tu atención y las canciones que te hacen corearlas a la primera escucha. Un descubrimiento.
Solo aguanté tres temas de Slayer, los suficientes para comprobar que tienen algunos de los fans más fieles de la escena, que lo que hacen tiene merito por la precisión y la velocidad a la que lo ejecutan y que no consigo discernir las partes que forman su discurso, así que me acerqué con curiosidad hasta Enter Shikari y salí horrorizado ante una banda de saltarines que parecían una panda de niñatos jugando a ser un grupo de hardcore melódico. Probablemente la peor banda del festival.
No voy a extenderme con Metallica, era mi primera vez con ellos y tocaban mi disco favorito de su discografía. Tuvieron un montaje de luces, video y fuego alucinante y el mejor sonido del festival, parecía que nos habían cambiado de recinto y equipo. Tocaron el Black Album en sentido inverso y se dieron un baño de masas que muchos de sus fans más fieles atestiguan fue uno de sus mejores conciertos en años. Mi opinión personal es la misma que cuando vi a KISS, es un espectáculo completo, calculado y autorizado para todas las edades que satisface al seguidor de Megadeth y a la dependienta de la charcutería del barrio, un show completo, un gran musical imposible de no disfrutar. Todos colaboran a crear un gran espectáculo mientras Robert Trujillo sostiene musicalmente a una formación que perdió la frescura hace casi dos décadas pese a quien pese. Imposible que no te guste, imposible que te entusiasme si rascas un poco la dorada superficie.
Me perdí a Gojira en busca de algo que comer y cuando llegué a Evanescence no aguanté mucho. Otro show para masas pero esta vez con una vocalista que no da la talla y que carece de personalidad acompañada de una banda solvente. Aburridos. Solo para fans. Así que me fui a vivir mi último momento álgido del Sonisphere que fue ver el conciertazo impresionante que se marcaron Clutch en el escenario dos. Con una carrera sin grietas y un vocalista capaz de arrasar con su voz y personalidad fueron capaces de hacer botar y cantar a una audiencia menos numerosa y ya muy cansada. La tercera pieza que faltaba en mi pódium del festival junto a Soundgarden y Ghost y la guinda para mí que no aguanté a que aparecieran Fear Factory y puse mi coche dirección a casa.
El balance musical del Sonisphere en mi opinión ha sido muy positivo. He disfrutado y conocido a bandas que nunca había visto en directo y todas me han dejado claro a quien tengo que seguir y a quien olvidar rápidamente, pero en conjunto han conformado un cartel muy competente y atractivo. Quizás menos bandas y mejores condiciones sería la opción ideal pero esto solo se sustenta mediante la aglomeración de la audiencia. No digo que mi cita con el Sonisphere 2013 esté confirmada pero si el cartel es así de competente no creo que falle.
Por Fran Cea
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Rocklive.es
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martes, mayo 29, 2012
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sin duda es la peor critica del festival que he leido, creo que deberias dedicarte a otra cosa o hacer criticas del FIB en lo unico que coincide todo el mundo es en que soundgarden fueron un pastel y que su sonido en directo es penoso mas aun para ser cabeza de cartel... creo que dejas llevar por tus gustos musicales cosa que no debe hacer un critico hay que ser mas objetivo... SLAYER sin duda los mejores
Hola Larry
En general estoy bastante de acuerdo contigo, es probable que sea la peor critica del festival (no era mi intención hacer una critica), en que me dedique a otra cosa (ya lo hago) y en que me dejo llevar por mis gustos musicales (creo que lo dejo muy claro al principio del texto). Solo te equivocas en una cosa, no soy critico musical ni tengo intención de serlo. Obviamente si tus gustos musicales incluyen a Slayer como uno de los mejores seguro que vivimos en universos musicales diferentes. Muchas gracias por leer mi experiencia en el Sonisphere
Disfruté de un gran festival, y como bien dice la crónica la zona de aparcar estaba a 30 minutos a buen paso.
Pero además tengo que hacer una apreciación como suele ser normal habilitan una zona para los vehículos de personas con movilidad reducida jajaja me río estaba a casi un kilómetro de la entrada, yo por suerte me desplazo sobre ruedas y con buenos amigos no tuve problema pero otros compis que en este caso tienen la mala suerte de caminar, pero con dificultad, las pasaron putas para llegar.
Para el próximo festival espero que se den cuenta que esta zona es para los que tenemos poca movilidad y no nos presentamos a maratones
Aprovecho también para hacer un pequeño apunte para que la zona de control de entradas pongan un paso para las sillas, que necesitábamos braceros para poder saltar el invento de allí tenían. Esto es fácil se arregla con un paso que puedan abrir para las sillas.
espero que la organización tenga en consideración eso Eugenio, muchas gracias por tu apunte
ES TODO CIERTO.TAMBIEN METALLICA ESTUVIERON DE INFARTO.PARKING A TOMAR POR CULO..VALLAS POR TODOS LOS LADOS QUE INTENTABAN PALIAR CARRERAS O AVALANCHAS.FUI POR EL BLACK ALBUM Y METALLICA PERO YA NO CREO QUE VUELVA A UN MACROFESTIVAL..PERO SATISFECHO EN EL FONDO.
Está claro que no todos tenemos los mismos gustos y por tanto no todos opinaremos lo mismo de las actuaciones de un festival.
Por lo que veo entre Fran Cea y yo hay un par de sistemas solares. jeje.
Veo que adoras a Soundgarden y yo siempre los he aborrecido y si para ti el mejor disco de Metallica es el Black Album, está claro nuestras diferencias musicales.
De todas formas siempre que miro una crónica de un festi suelo pasar bastante de las opiniones musicales y me centro en lo extra-musical. Y por lo visto en esto una vez más la cosa ha fallado y veo que nos siguen tratando como si fuéramos ganado.
Servicios sucios, aparcamientos lejanos ... lo de siempre.
Una pena
pd
A mi la crónica no me parece mala.