Texto y fotos: Lorenzo Pascual (web)
Segundo año consecutivo en el Music Legends Festival. Esta vez, y por motivos que no vienen al caso, sólo acudí el viernes atraído por la presencia de Mavis Staples y del redivivo Wilko Johnson. Y sí, es cierto, Steve Winwood no era lo principal para mi pese a su condición, merecida sin duda, de cabeza de cartel. Y la cosa ruló a un buen nivel, aunque, ya lo digo, no alcanzó las cotas del año pasado en el que Van Morrison nos ofreció un bolo para enmarcar (así lo contamos el año pasado) y el resto de bandas fueron más que dignas. La organización estupenda, otra vez, aunque el sonido lo fueron limando siendo Siniestro Total los más perjudicados (buen sonido pero para nota el fallo del mismo con Winwood). Y encima la lluvia, pese a amenazar, no hizo acto de presencia. ¿Público? Pues bastante menos que el año pasado (¿2000-2500 asistentes?). Bueno, vayamos al lío.
Con puntualidad digna del mejor reloj suizo Siniestro Total apareció en el escenario bajo un sol de justicia que casi los derrite; ellos, con sus chaquetas encasquetadas derrocharon actitud desde el principio, lastrados por un sonido deficiente (que se fue corrigiendo), y recorrieron toda su discografía. Reconozco que los tenía abandonados y que ya no vuelvo a ellos como antaño (cosas de la edad) pero sus himnos son imperecederos. Con actitud sí, pero pelín cansados (Julián no descolló a la voz y lo hicieron mejor sus compinches), descargaron algunos de sus temas más conocidos. "Rock en Samil" estuvo muy bien, "Miña Terra Galega" no la disfruté, "Ayatollah" me costó reconocerla y con "Somos Siniestro Total", "Bailaré Sobre Tu Tumba" y "Camino de la Cama" me vine arriba. Bien, animaron el cotarro.
Gari & Maldanbera fueron los siguientes. Mira que me gusta Hertzainak y muchas de las cosas que ha hecho posteriormente pero me parecieron desubicados. Sus dos primeros temas con dos teclados, guitarra y batería sonaron un poco marcianos y no me engancharon. Entre eso y que parecía que se acercaba la tormenta vaticinada, me acerqué a la barra, me topé con Marta y Fran (incansables, ya ni sé cuantos festivales se han currado estos dos últimos meses, siempre con un trabajo espectacular; ¡¡¡qué fotos saca el cabronazo!!!) y allí me quedé. Desde allí, el bolo creció, y sus dos últimos temas fueron lo mejor, inmersos en distorsión.
Y llegó la parte noble del día rindiendo visita al escenario la gran Mavis Staples, superviviente del soul y una de las divas del momento. Y arrancó con fuerza. Tres temas como tres soles soul en la que descolló una banda mínima de guitarra, bajo, batería y dos coristas. Mavis transitó por el gospel (una "Freedom Highway" espléndida), destiló clase y nos acarició con gemas soul de talante moderno pero nunca alejado de la tradición ("I'll Take You There"). Pero los años mandan y Mavis, a sus casi 79 años, bajó prestaciones, sobre todo (o eso me pareció a mi) a la voz. Nos recordó que ella ya estaba allí, cuando se peleaba por los derechos civiles (y ahora también está, siempre en movimiento, en lucha contra esa regresión que ha supuesto la llegada de Trump), y, a base de profesionalidad, mantuvo hasta el final un bolo que pasará por uno de los mejores del festival.
Y llegó Wilko Johnson, sin duda el más esperado por mi. Yo me lo pasé de cine, que quede claro. Sus nuevos temas no tienen el caché de los de la banda madre, pero su presencia escénica es insustituible. Es cierto, quizás se extendió en demasía en algunos solos, pero su forma de digitar es brutal. Caras, gestos de ametrallar al personal, poses son marcas de la casa. Justito de voz, como siempre de todas maneras (como dice A. fue un acierto pillar a Roger Daltrey para que cantara en lo que iba a ser su album póstumo), Wilko despachó un set que creció con las versiones de Dr. Feelgood y que tuvo en su bajista Norman Watt Roy a un escudero de lujo. He leído bastantes comentarios negativos y no los discuto, pero qué quieren que les diga, a mi me gustó. Alma de fan.
Y para el final el cabeza de cartel, Steve Winwood. Ya lo sé, una leyenda, tampoco lo discuto, pero a mi, salvo su paso por la Spencer Davis Group, no me ha llegado nunca en ninguno de sus proyectos. Un tema por aquí, otro por allá, pero es lo que tiene el ritmanblús británico, que una vez que lo catas quieres más. Dejaron para el final el "Gimme Some Loving" y no lo ví. Mención especial para el borrón del festival; dejar a la estrella sin que se le oiga en la parte delantera (parece que sí se le oía en la de atrás) en los tres primeros temas (aquí tocó el "I'm A Man" y ni me enteré, ¡¡¡Nchtss!!!); en fin, un despropósito que, eso sí, capeó el bueno de Winwood con profesionalidad, buen talante y un trabajo descomunal a la guitarra en la mejor canción para el que esto teclea. Tras las fotos de rigor me fui a la parte de atrás pero, entre el cansancio (llevaba desde las cuatro de la tarde en el recinto) y que ese soul blanco sofisticado no me llega, decidí pirarme.
Un festival pequeño, coqueto, bien organizado y con buenas bandas. ¡¡¡Qué más se puede pedir!!! El año que viene más.
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