Texto y fotos: Lorenzo Pascual (sito web de Lorenzo Pascual)
Dos años y pico esperando a que aquella banda que nos derritió el cerebro y que nos encandiló volviera a pisar nuestros escenarios. Y es que The Steepwater Band se lo ha tomado con calma, paseó su disco en directo y se metió al estudio para parir un nuevo disco ‘Shake Your Faith’ que va camino de convertirse en un clásico. Y con su nueva galleta bajo el brazo se han vuelto a embarcar en una gira pantagruélica de 22 fechas en 23 días y recorriendo la piel de toro de arriba abajo, parada y fonda en las Canarias incluída. Jeff Massey, Eric Saylors, Tod Bowers y Joe Winter están aquí otra vez y han venido para destruir todo atisbo de negación de sus cualidades, de su calidad, de su poderío.
Y eso que a mi su última galleta no me ha llegado a epatar. Los prefiero en directo, en su territorio, aunque no es menos cierto que, una vez pasado el factor sorpresa del 2014, el bolo de este año no me ha hecho saltar las neuronas en mil pedazos como el de aquel.
Puntuales, a las 22:30 abrieron los teloneros Birth Of Joy, un trío holandés sin bajo (lo emulaba el de los teclados), con un guitarrista retumbón y un animal a la batería. No solemos titular las crónicas pero esta sería algo así como “Steepwater Band y una bestia parda”. Mejores cuando roquearon que cuando tiraron de rock monolítico, se notó quién mandaba. Guitarra y teclados miraban hacia el batera que era el cambiaba el tempo y el ritmo, que destrozó sus parches y que acabó como si nada (quizás algo sudada la camiseta). Sonaron ecos de psicodelia, stoner apocalíptico y sonidos rudos que gustaron pero que a mi me dejaron pelín frío.
Y a las 23:40 (joder qué tarde pardiez) saltaron los Steepwater Band a la platea del Kafe Antzokia, cuyo patio presentaba una buena entrada aunque no el lleno que se podía barruntar tras el interés que despertaron en su anterior visita. Así, durante algo más de hora y media los Steepwater repasaron su último disco en su totalidad (una canción creo que se quedó fuera), demostrando a las claras que los temas ganan con la garra y la rotundidad del directo. “Shake Your Faith” sonó cimbreante, se ganaron al respetable con el boogie de “Mama Got To Ramble” (Saylors sacó la Steel por primera vez, arañando las cuerdas, sacando letanías eléctricas) y Massey descolló a la slide en un excitante “Silver Lining”. Los medios tiempos salían por si solos (“Be As It May”), la voz de Massey perfecta, Saylors en su sitio con riffs rasgados con pasión y solos precisos y la línea de ritmo como la recordábamos, retumbante, siendo el fondo que todo animal del directo precisa. Las versiones también tuvieron su lugar; aunque no descolló el “Cinamon Girl” de Tito Young, “Midnight Rambler” de los Rolling sonó más arrastrada, mejor.
Pocos temas de sus discos anteriores sonaron. En “High & Humble” dibujaron arabescos con la guitarra y sonó el consabido solo de batería…. En fin. Tenían apuntada “Remember The Taker” en el bis, pero no la tocaron. Cosas del Kafe Antzokia que debía tener algo organizado para después del concierto y les conceció “sólo” dos canciones.
Estuvieron bien, otra vez, los Steepwater Band. Siempre lo están en opinión de los entendidos o de los que los han visto más veces. A mi me gustaron y repetiría pero agradecería un poco más de mala ostia. Rock on!
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