Texto y fotos: Lorenzo Pascual
Dicen los versados que Los Straijackets nunca han fallado en sus varias visitas a Bilbao y yo, que era la primera vez que los veía, puedo confirmar que la última (el pasado viernes día 27 en el 25 Aniversario de Bloody Mary) tampoco lo hicieron. Hijos de una dinastía de grupos con las guitarras como bandera y los instrumentales como religión, ora surfeando, ora rockanroleando, los enmascarados ofrecieron un recital antológico en el que tuvo bastante que ver Deke Dickerson, cantante y guitarrista, que ofreció espectáculo, derrochó carisma y combatió con las primeras filas del Antzokia.
En hora y media in crescendo de desmadre colectivo, Los Straijackets atizaron neuronas a golpe de instrumentales, picaron en su último disco y con el bueno de Deke incendiaron la platea con rockanroll primigenio, versiones descacharrantes e incursiones entre el respetable. Principiaron los enmascarados con instrumentales lúdicos y coreografías, enlazando “Cashbah”, “Outta Gear” y “Sing, Sing, Sing” para goce de la parroquia, entre la que ya se intuía las ganas. Salió Deke, que antes del bolo había estado dando una vuelta por el local con su Stetson, y aquello devino en fiesta enlazando temas que llamaron a rebato. “California Sun” sonó previsible, “Perfidia” paseó poso jamaicano, atacó el original Straijacket de “Fury” y ya empezó el paseo del oficiante entre el personal. Simuló estrangular a un espectador, ofreció el micro y se le quedó corto el cable del mismo.
El ritmo no decayó, siempre dio la impresión de ir hacia arriba y, ya fuera al regreso a los instrumentales, como con Deke, también con guitarra personalizada, el show estuvo a la altura de lo esperado. “Space Moskito” zumbó contagiosa los oficiantes se gustaron en solos estilosos y la fiesta se derramó con “Do You Wanna Dance” en el que saltaron a la palestra dos féminas con capucha a las que, poco después, se unieron otras, éstas ya en plan espontáneas inoculadas con el virus del ritmo. Se lo pasaron bomba e incitaron al baile, al que se apuntó el batería que dejó su instrumento y movió las caderas cachondo.
Dos bises en los que prosiguió la fiesta, sobre todo, con un “Surfin’ Bird” en pleno frenesí de la peña que jaleó a Deke cuando bajó del escenario y el “Woolly Bully” que puso fin a un concierto efervescente. A ver si sigue la fiesta. Rock on!!
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