Que Hogjaw son la mejor banda de southern rock que hay actualmente en este planeta, incluidas leyendas "azkenantes" como los Lynyrd Skynyrd, es algo que defendería con los puños (textualmente) y lo que es más importante es que algo que parecía ser un secreto que muy pocos conocían se está convirtiendo en una verdad a gritos gracias al trabajo incesante de la banda de Arizona y de su agencia en Europa, los imprescindible Teenage Head Music, que están acercando a esos forajidos del sur de los USA permanentemente a los escenarios de nuestro país.


El año pasado la recomendación de un buen amigo, un par de videos en internet y que se acercaran a tocar a la Taberna Belfast de Sta María del Páramo para un concierto en la intimidad que da su reducido tamaño encendió una llama, en forma de concierto sin paliativos, para que durante once largos meses estuviera atento a su nuevo lanzamiento y su próxima gira.


El lanzamiento tuvo forma en la que hasta la fecha es su mejor obra, Sons Of The Western Skies, diez temas con un acento sureño más marcado, un cierto alejamiento de algunos ritmos más stoner que en cierta manera desvirtuaban la esencia, y una producción y ejecución magistral y como consecuencia una gira en varias fechas que distaban apenas unos cientos de kilómetros de mi residencia.


Perseguir a una banda durante varios conciertos casi consecutivos solo lo había hecho en el pasado con Mother Superior y ahora me encontraba en la obligación, que no necesidad, de hacerlo tras JB Jones, Elvis DD, Kreg Self y Kwall, por la sencilla razón de que sabía que no me decepcionarían, el antecedente era apabullante, y por tener la sensación de poder vivir en carne propia la evolución de una formación cuyo techo se antoja impredecible y que puede convertirse con el tiempo en uno de esos nombres que todos enumeramos de carrerilla junto a los Allman, Charlie Daniels, Molly Hatchet, Blackfoot ... y quizás en un futuro junto a Blackberry Smoke (que vuelvan ya!!) o los próximamente en nuestras salas Zach WIlliams & The Reformations.

En Burgos y León tuvieron que lidiar con el eternamente vencedor futbol y si en la primera cita pudieron arrancar a una hora ligeramente "decente" de inicio y extenderse hasta los 120 minutos de duración, en León una inoportuna prórroga les llevó a empezar casi de madrugada y acortar hasta la hora y cuarenta. Por su parte Valladolid se llevó el mejor de los tres shows que vi ya que el sonido de la Porta Caeli y el empuje de la gente les hizo sobreponerse al cansancio, ya acusado, de la gira y alcanzar de nuevo las dos horas. En todos ellos llevaban un repertorio base de 14 temas que alargaban en algunas fases mediante jams , sobre todo en
County Line su Free Bird particular y una composición que por méritos propios debe figurar en las enciclopedias del género y que en Valladolid se alargó en su parte final durante cinco minutos de un solo espectacular por parte de Kreg Self (un guitarra que si no fuera tan comedido en las formas y tan humilde en el trato tendría legiones de fans) y que tras el set list fijo dejaba que la banda se llevara por su inspiración y ganas para seleccionar los "premios" a ofrecer, que en todas las ocasiones incluían a las iniciáticas El Camino y Swamp, siendo la tónica de toda la gira que además de en su nuevo trabajo repasaran de manera profusa su álbum de debut y dejaran un poco apartado Ironwood, su disco de 2010 del que aparte de la inicial Rollin Thunder (¿a alguien se le ocurre una canción más salvaje para comenzar un concierto?) y la mencionada County Line no tocaron apenas más (Ain´t ever gonna win without a liittle bit of sin, fue la excepción).


Hogjaw son uno de esos grupos que no pueden ser entendidos sin uno de sus miembros ya que la suma de sus personalidades es imprescindible para alcanzar el resultado final. Tienen una de las bases rítmicas más poderosas y contundentes del negocio, con Elvis DD al bajo, su miembro en escena más activo y con un sentido de la melodía rítmica privilegiada y un batería "Kwall" Kowalski que sacó aplausos de todos los asistentes a la gira por una pegada descomunal más propia de otros géneros (rajó un plato en la primera cita, rompió el parche de la caja en la segunda y a punto estuvo de volcar el bombo con sus embestidas en la Porta Caeli). Además Kwall cantó en esta gira dos temas, Road Of Fools, como hace en su último disco y la versión, que hizo famosa Freddie King, Goin´ Down con una voz poderosa y solvente que fue el contrapunto perfecto para el tono personal y más alto del inmenso JB Jones, impresiona con sus dos metros de humanidad cuando estás ante él, y que ralló a un nivel vocal brutal durante toda la gira.


Se nota que van adquiriendo una base de fans sólida capaz de entonar no solo su nuevo single Hells Half Home Of Mine, sino muchos temas nuevos como Dirty Woman (una de las más aplaudidas en los shows), Six Shots (una canción con la que se les ve disfrutar) y la emocionante Look To The Sky con una intensidad que eriza el vello. Y todas ellas, incluidas las composiciones del primer álbum, con un tempo algo más contenido, dejando respirar las canciones y que se puedan saborear de manera más clara sus juegos de dobles armonías de guitarra y los solos.


Resulta complicado describir la intensidad que se respira en un concierto de Hogjaw y el placer que supone conversar con unos músicos entregados a su obra y al trato con sus seguidores, en todos los conciertos salieron a charlar y beber con todo el mundo, y como he citado anteriormente a hacer gala de la humanidad que desprenden. En lo que a mí respecta el trato recibido por ellos en estas tres fechas ha sido de los que impresionan casi tanto como el abrazo sincero en la despedida y la promesa de un nuevo encuentro. Hogjaw puede que acaben convirtiéndose en referencia del género (sin duda lo merecen) pero lo que no les puede quitar nadie es dejar huella en cada una de las personas que han pasado por sus conciertos. Mucho me temo que este estado de ausencia de lo que me rodea que han provocado en mi va a permanecer hasta que The Delta Saints dentro de unos meses me sometan a un nuevo shock musical.



Por Fran Cea

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