Dos días después de su show en el Sonisphere, Slash y su banda se acercaban a Bilbao para ofrecer un único concierto en la sala Rock Star de Baracaldo, que supo estar a la altura tanto por la asistencia de personal, que rozó el lleno, como por un sonido muy bueno que contradijo a los que de manera habitual protestan por la calidad acústica del recinto (para mi era la primera vez en la sala por lo que no puedo juzgar anteriores ocasiones). Una larga cola de entrada preveía que nos encontrábamos ante una gran cita, una pena que el paso por taquilla hiciera que accediera demasiado tarde para ver la actuación de los teloneros Midnight Road, a los que tan solo llegué a los dos últimos temas, la impresión fue muy buena pero tendré que esperar a verles con más tiempo para sacar conclusiones.
Ver a Slash en una sala con capacidad de poco más de 1000 personas es un lujo impresionante que pocas veces se repetirá. Además es curioso que en apenas cinco meses hayamos tenido la oportunidad de ver de gira por el país a 3 bandas con antecedentes Gunner. Adler´s Apettite con su set lists centrado en el Apettitte For Destruction, Tracii Guns que tuvo mucho que ver en la composición de los temas del disco y ahora Slash que intenta desde hace tiempo crearse una trayectoria propia fuera del legado de la banda que le dio el status que ahora posee.
Después de dos horas de concierto y una veintena de canciones cuyo reparto se equilibró entre las composiciones de su último trabajo, apuntes de sus pasados discos en solitario, canciones de la formación original de Guns N´Roses (resulta curioso que no apareciera siquiera una canción de los Illusions, Civil War es la última grabación de los Guns originales) y un par de apuntes del estrepitoso fracaso de Velvet Revolver quedó claro que el guitarrista ha encontrado en la figura de Myles Kennedy (vocalista de Alter Bridge) al cantante adecuado para poder navegar entre sus dos épocas, haciendo frente a los temas que originalmente bordó Axl Rose con auténtica solvencia y similitud al tono alto y chillón del cantante de Indiana y ofreciendo interpretaciones personales y efectivas a las canciones que originalmente grabaron otros.
De todo ello quedó claro que Myles es un gran cantante que sin embargo se muestra algo apocado sobre el escenario, como ensombrecido por la figura del guitarrista, y que sabe que en muchos momentos del show debe echarse a un lado para no ocupar un espacio que quizás no le pertenece (algo que quizás cambie si se confirma que van a grabar un cd integro nuevo juntos). Su registro vocal es rico y menos agresivo, más acorde para públicos más abiertos estilísticamente y desde luego alejado del torrente vocal que mostró Rod Jackson cuando grabó Ain´t Life Grand, un impresionante disco de hard rock clásico que pasó por el mercado de manera discreta a pesar de su calidad.
Convenció a todos los presentes pero se le debería exigir más protagonismo, sobre todo cuando queda claro tanto por la promoción de la gira como por el papel secundario del resto de los componentes (que exceptuando a su bajista tan siquiera se movieron de su espacio) que es uno de los puntos clave del show.
Sin embargo Slash estuvo sencillamente sublime. Físicamente en muy buen estado y técnicamente sigue siendo poseedor del 50% del legado de los GNR, con su mezcla de guitarrista shred, bluesman acelerado (nadie ha sacado tanto provecho a estas escalas de blues desde Rory Gallaguer) y una parte de suciedad y claridad sonora (a partes iguales) que le hace inconfundible cuando se calza alguna de sus múltiples Gibson Les Paul.
De muy buen humor y entregado desde el primer tema, un sobresaliente Ghost, no paró de moverse sobre el escenario, sudar abundantemente y ocupar la parte central del mismo durante muchos momentos para presentar a la banda, alguna de las canciones e incluso animarse en los coros en We´re All Gonna Die.
Después de la inicial Ghost (me quedo con la versión de Astbury en el cd), una espectacular Mean Bone (que pena que no tocaran Been There Lately también del Ain´t Life Grand) y el cover del Sucker Train Blues de Velvet Revolver que Kennedy mejoró con respecto al original toda la sala se puso patas arriba para un triunvirato de temas de los Guns: Nightrain, Civil War (esta vez sin el silbido inicial pero que acabó con unos acordes del Voodo Child de Hendrix) y sobre todo Rocket Queen, el mejor tema sin discusión de la noche ya que fue la única ocasión en que Slash se aventuró a cambiar el solo central y alargarle en una improvisación más blusera que particularmente me puso los vellos de punta. Fue esta la prueba de fuego para el vocalista, la comparación con Axl, y creo que intentó asimilar su tono con el original, no llegó a los agudos impresionantes de Rose, ni a su fiereza vocal, pero la labor fue buena.
Con la audiencia rendida a sus pies la banda, cuyo sonido se apreciaba limitado ante el volumen de la guitarra de Slash, se centró en presentar su disco, desde una Back From Cali que resultó ovacionada, el sonido setentero de Starlight (me gustó) y la agresividad de Nothing To Say con Myles como tercer guitarrista y Slash exhibiéndose en un solo desenfrenado e hiperveloz.
La cosa decayó en exceso con Speed Parade (también de los Snakepit), una We´re All Gonna Die donde la voz del bajista no le llegó a Iggy a la suela de los zapatos, la instrumental Wath This y sobre todo la anodina interpretación de Rise Today de Alter Bridge.
Así que para conseguir el acostumbrado subidón final que deje buen sabor a todos echaron mano del repertorio GNR y desde la relajada Patience, en este caso con guitarra eléctrica y a cuya conclusión Slash versionó el clásico tema principal de El Padrino (y de remate una adaptación de música clásica). Pero el karaoke gigante comenzó con las primeras notas de Sweet Child Of Mine que clavaron con el original y dejaron a todos extasiados antes de que una competente Slither, de Velvet Revolver, pusiera el punto y seguido.
No se hicieron mucho de rogar antes de volver al escenario para despedirnos con una interpretación un poco aburrida de Promise y sobre todo la fiereza de My Michelle (menos punk que la original pero más que solvente) y el riff clásico de Paradise City (“customizada” en los coros por Slash) y en la que faltó algo de descontrol en la parte final.
La conclusión es que vivimos un show muy bueno gracias a comprobar que Slash sigue teniendo la magia en sus manos y que es sin duda uno de los guitarristas más importantes surgidos en las últimas décadas no por su creatividad o innovación técnica sino por ser dueño de un sonido reconocible que además representa la parte exacta que le falta a Axl Rose en su proyecto musical, claro que a Slash le falta el mismo componente (la voz y el carisma del histriónico cantante) para volver a triunfar por todo lo alto. Claramente la suma de las dos mitades no es ni la mitad del resultado final, solo faltaría el talento de Izzy Stradlin para volver a encender la mecha. Otra cosa es saber si esto es factible, si tiene un precio fijado y si a los componentes les interesa.
Seguro que saldremos de dudas un día.
Por Fran Cea (beerbeer)
Repertorio Bilbao
1.Ghost
2.Mean Bone
3.Sucker Train Blues
4.Nightrain
5.Rocket Queen
6.Civil War
7.Back From Cali
8.Starlight
9.Nothing to Say
10.Speed Parade
11.We're All Gonna Die
12.Watch This
13.Rise Today
14.Just Like Anything
15.Patience
16.Godfather Theme
17.Sweet Child O' Mine
18.Slither
19.Promise
20.My Michelle
21.Paradise City
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Rocklive.es
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jueves, agosto 25, 2011
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