Había expectación en el Kafe Antzokia bilbaíno para ver a una de las bandas paradigmáticas en esto del rock & roll con raices, los North Mississippi Allstars. Y la cosa no defraudó aunque tampoco se elevó a cotas por las que sí han transitado otros grupos en el mismo espacio. Uno, no siendo un gran fan, nunca tuvo una especial predilección por sus discos, pero el nuevo que presentaban, “Keys to the kingdom”, sí que ha arraigado en el reproductor, siendo plenamente disfrutable. Quizás transite por un lado más comercial, menos transgresor en el ritmo, haciendo más hincapié en el lado más rockero del grupo, pero consolida una apuesta que algunos daban por finiquitada tras recalar Luther Dickinson en los Black Crowes.
Abrieron boca los teloneros White Cowbell Oklahoma, seis cafres dando rienda suelta a una suerte de trash-country que epataron al personal con un show lleno de efectos especiales. Tralla a más no poder con tres guitarras sobre el escenario y un trasunto de personaje salido de “La matanza de Texas” que hizo las delicias del personal. Sacaba chispas, rotaflex mediante, a su instrumento de percusión (un cencerro vamos), llamaradas al son de una guitarra delirante y el sumum cuando inundó el escenario de papel a ritmo de motosierra. Joder, qué bien que se lo pasó la peña.
Tras ellos y puntuales, salieron los hermanos Dickinson al escenario y durante dos horas (dos bises incluídos) a lomos de guitarra y batería, rockearon, hicieron patente el blues y se perdieron, a veces en improvisaciones progresivas a las cuerdas. Lastrados, sin duda, por la falta del bajista (no sé porqué no lo trajeron de gira), empezaron prometedores con dos trallazos que dejaron bien a las claras que son excelentes instrumentistas pero que también tienen músculo rockero. Luther Dickinson a la slide, con púa o arpegiando con los dedos marcaba la pauta de un concierto que transitó entre arrebatos rockeros, momentos pausados y otros en los que se iba por los Cerros de Ubeda, no muchos la verdad, pero demasiado largos para quien esto escribe.
Pegas (las mías) de tikismikis aparte, con la compenetración que da la cercanía y las tablas, el concierto discurrió entre guiños a Dylan (“Stuck Inside Of Mobile With The Memphis Blues Again”), versiones de su último disco (“This A'way”, “Jumpercable Blues”,…) y una “Mean Ol' Wind Died Down” que coreó la gente a rabiar. El punto lo pusieron la panoplia de instrumentos originales que se cascaron y que sonaban increíblemente: guitarras hechas con cajas de puros, otra con una lata, dos cuerdas y un palo y, lo más, una tabla de lavar con wah-wah en un solo percusivo que, esta vez sí, me gustó.
Buena noche por tanto, que colmó las expectativas suscitadas. Eso sí, suspenso para un puesto de merchandising pobre a más no poder y es que, por no tener, no tenían ni su último disco. Y mira que es raro.
WHITE COWBELL OKLAHOMA
NORTH MISSISSIPPI ALLSTARS
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Rocklive.es
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domingo, mayo 29, 2011
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