El concierto que Dee Dee Brigewater ofreció en el auditorio Miguel Delibes de Valladolid el pasado 20 de Marzo tardará mucho tiempo en ser olvidado a orillas del Pisuerga. Y es que es complicado que una diva de la categoría de la vocalista de Memphis se paseé por esta ciudad y que alguien reconocido con un grammy a la mejor cantante de jazz, ella lo consiguió en 1997 por su disco homenaje a Ella Fitzgerald, de un recital que llegó a las dos horas de duración en un espacio tan apropiado como la “Sala Experimental” de un recinto acústicamente preparado para eventos de este calibre y que aunque goza de una programación estable de conciertos desecha, salvo contadas ocasiones, propuestas que vayan más lejos de la denominada “música culta”, recinto este en el que el jazz está asentado desde hace años.
Y eso que la velada no se presagiaba del todo feliz ya que aunque prácticamente no quedaba ninguna butaca disponible desde hacía días y estas se ocupaban por gente de “mediana edad” convenientemente vestidos para la ocasión existía un nerviosismo palpable entre el personal de producción ya que como Mss Bridgewater explicó justo antes de comenzar el show, Air France había extraviado sus maletas en el vuelo desde París, ciudad en la que reside desde hace tiempo, hacia España ocasionando que probablemente fuéramos la genial vocalista y un servidor los únicos vestidos de sport en todo el auditorio.
Quizás fuera este el motivo por el que los fotógrafos tuviéramos que tomar nuestras instantáneas desde un lugar alejado entre el patio de butacas, pero este mal humor apenas permaneció durante los primeros instantes ya que Dee Dee Bridgewater, acompañada por un cuarteto de batería, contrabajo, saxos y un impresionante Edsel Gomez al piano, responsable de los arreglos musicales de su última obra, rozaron el cielo y nos transportaron allí a todos los presentes mediante la recreación de su reciente lanzamiento “Eleanora Fagan (1917-1959) To Billie With Love From Dee Dee Bridgewater” un sentido homenaje al gran icono del jazz vocal y cuyas composiciones, en su mayor parte adaptadas con nuevos arreglos, sonaron como maná para todos.
Y es que la motivación de la noche era rendir homenaje y pleitesía a Billie Holliday (de nombre real Eleanora Fagan) de la misma manera que en anteriores ocasiones de su carrera había hecho con Ella Fitzerald (en Dear Ella), Horace Silver (Love and Peace) o Kurt Weill (This Is New) pero llevando las piezas a su terreno y no dejándose intimidar por el peso de la leyenda sino explorando nuevos caminos con los que acercarse a canciones como la inicial Lady Sing The Blues, que interpretó con su voz grave y profunda, y que en sus propias palabras significaba una “Celebración de la vida y obra de Billie con sus risas y llantos”.
Desde luego el traje le venía a medida a Dee Dee ya que había interpretado durante varios años el musical Lady Day, basado en la autobiografía de la cantante, y no la costó meterse en la piel de canciones como “Lover Man”, con su tomo mas “Standard Jazz” que cantó en segundo lugar mientras se descalzaba y se sentaba en un taburete y enlazarla con la melancólica y aguda “Don´t Explain” o “You´ve Changed” donde su voz jugó a subir y bajar tonos del agudo al grave sin ningún tipo de dificultad.
Momentos especiales fueron Fine and Mellow que interpretó en su primera mitad solamente con el acompañamiento del contrabajo, lo mismo que hizo con la batería en Miss Brown to You, Mother´s Son In Law donde el silencio de la sala era tal que la vocalista abandonó unos instantes el micro para que pudiéramos escuchar su voz sin ningún artificio, Foggy Day, alegre y vital con sus arreglos de jazz latino y donde nuevamente un solo de Edsel Gomez al piano provocó un sonoro aplauso y sobre todo la interpretación de Strange Fruit que cantó con la voz desgarrada por la emoción, y provocó que asomara alguna lágrima en el rostro de la vocalista, cuyos versos arrastró de manera lenta y dolorosa “aquí está esta fruta que será comida por los cuervos, fruncida por la lluvia, tragada por el viento, quemada por el sol, arrojada por los árboles. Aquí está esta extraña y amarga cosecha"
Los largos solos instrumentales de All Of Me dirigieron a los presentes hacia sus casas con la satisfacción de haber visto un espectáculo que emocionó y conmovió a partes iguales y que sirvió como demostración de una de las grandes voces de nuestra época. Incluso para los neófitos en el jazz como yo fue un auténtico placer disfrutar de una vocalista privilegiada que lleva ya casi cuatro décadas en activo y que reinterpretó, más que versionó, las canciones que narraron la vida de Hollyday
Un lujazo
by beerbeer
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Rocklive.es
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viernes, abril 01, 2011
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Beerbeer
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Fran Cea
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