Por Fran Cea
Desde que les viera en su primera gira a The Brew por España hace casi cuatro años hasta la cita de presentación de su flamante nuevo disco "Control" en la madrileña sala We Rock hace apenas unos días  han sido muchas las ocasiones que la banda británica y yo hemos cruzado nuestros caminos, más de una docena, y nunca me han dejado insatisfecho con sus conciertos como a bien seguro han hecho con el resto del nutrido grupo de fans españoles con los que cuentan y que no les importa la asiduidad de sus visitas.

Y  es que The Brew son una banda que "engancha" por sus conciertos  largos y enérgicos y  que, digámoslo claro, no habían conseguido transportar al formato físico bien por producción, bien por repertorio. Pero la gran noticia ha sido la edición de este Control y el cambio de productor del señorial y reputado Chris West a Toby Jepsen, que tiene como principal baza saber extraer de las bandas con las que trabaja un sonido más real, menos pulido, y también más dirigido hacia sonoridades contemporáneas. Gracias a él y también a unas composiciones más compactas, directas y concisas han parido un trabajo que huele a The Brew sobre el escenario desde que el riff de guitarra de Repeat comienza a sonar.



Y eso es algo que los seguidores agradecieron de manera efusiva en la, esta vez, pequeña gira de presentación de su obra por nuestro país, tan solo cuatro fechas (tres de ellas en Cataluña) como previo a un tour más amplio que parece tendrá lugar a final de año y que en la cita de la capital tuvo que luchar con una competencia muy dura (Steepwater Band en una sala muy cercana y dos sold out de Scorpions los días posteriores) y que mantuvo el tipo consiguiendo lucir la coqueta The Brew una gran entrada cercana al lleno  y un ambiente aún mejor.



Sobre las tablas la escenografía habitual, Jason Barwick como epicentro ceremonial con sus saltos típicos pero algo más moderados en número y disparando solos y ritmos efectivos, Tim Smith al bajo como el capo en la sombra y Kurt Smith, el mejor batería joven que he visto en directo en el último lustro, esta vez mucho más comedido que en anteriores ocasiones. Gran parte del público tenían los temas de Control aún muy recientes en la cabeza y sin embargo no fue problema que fueran enlazando de manera intensa la energía de Repeat con la descarga sesentera de Mute (para mí una de sus mejores composiciones recientes) o la psicodelia zeppeliana de Pause con el ritmo hipnótico de Shuffle porque aunque nos dejaban intercaladas pequeñas joyas de su trayectoria como Master And The Puppeteer o Every Gig Has a Neighbour o la pantagruélica KAM todo el repertorio adquiría coherencia y mostraba a un Jason en el mismo estado celestial a la guitarra pero cada vez más seguro a la voz, más madura, con más matices y tomando más riesgos vocales en tonos e inflexiones.



Un concierto que transmitía intensidad y que avanzaba rápido sin que nos diésemos cuenta de la herencia  Hendrix/Zeppeliana del terceto, donde los momentos de jam improvisada eran más comedidos y la actitud de ir al grano de los músicos mucho más agradecida. Todo esto giró en la parte final del show donde los números de la guitarra de arco, el largo solo de batería o una improvisación tan larga que dejó fuera del repertorio un tema extra supusieron la repetición de unos trucos efectistas pero cuya ecuación de ser realizadas desde la primera gira, más el número de conciertos con el que nos han obsequiado  en estos años, lo convirtieron en quizás demasiado previsibles. Para mi la guinda hubiera sido que se los hubieran ahorrado y en su lugar nos hubieran regalado algún tema más como Sirens Of War o Surrender It All aprovechando que las nuevas composiciones tienen un marcado acento de inmediatez. Sin que esto suponga ningún pero porque The Brew, una vez más, se posicionan al título de banda más en forma sobre un escenario y ahora con más madurez y una colección de clásicos suficientes para crear un repertorio más que sólido. Habrá que esperar a que regresen con el set list aún más engrasado para volver a disfrutarles por enésima vez, y es que aunque nos sepamos el guión esta película para nada cansa.

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