Por Larrypas
Cuando las cosas se hacen bien todo fluye por la senda correcta. Y algo de eso han hecho Los Suaves para poder estar en el candelero del rock patrio durante más de 30 años. El día 26, viernes, lo demostraron de nuevo en un concierto exultante en el Kafe Antzokia bilbaíno con motivo de la “Gira de los 1000 conciertos”, grabada en dvd para la ocasión, en homenaje a su grey y en locales más pequeños de los que acostumbran, para goce de la misma.
El carisma de Yosi, el buen hacer a las cuerdas de Cereijo y Fernando, la contundencia contenida de Tino a los parches y la modestia y saber estar de Charly Domínguez (aparte de perpetuarse como la locomotora rítmica del grupo), hace que la cita devengue iniciática, de nuevo, para el que esto escribe, que los vio en sus inicios (su primer concierto en Bilbao todavía no se me ha olvidado). Si a esto añadimos una pequeña charla durante la prueba de sonido con Charly, a la que se unió al final Alberto Cereijo, la cita se convierte en perfecta por mor de la amabilidad y simpatía de todos los miembros del grupo. Intentaremos reproducirla lo más fiel posible al final así que seguid bajando con el cursor y no os la perdáis.
Y el concierto. Pues Suaves en estado puro. Durante poco más de dos horas descerrajaron rock intempestivo, guitarras de rasca-rasca, solos límpidos, formas contudentes y Yosi en estado puro. En forma y pletórico, el cantante de aspecto ermitaño, saltó, bailó espasmódico, derrochó carantoñas a sus compinches, actuó empático con el respetable y cantó desgarrado. Su voz no es la de antes pero la actitud es la misma, pelín más comedida por mor del desgaste físico que sufre. Con un setlist centrado en temas de sus gozosos elepés primigenios y el Kafe Antzokia con un lleno hasta la bandera, el concierto se desarrolló siempre cuesta abajo. La gente empezó a cantar con la primera canción, “No puedo dejar el rock”, manteniendo el punto de ebullición durante todo el show, explotando, sobre todo, con sus himnos primerizos. El sonido no les ayudó demasiado, sonando empastado en muchos momentos, lo que no fue óbice para que nos desgañitáramos con “Mártires del rock & roll” y “Siempre igual”, para que sonaran contudentes con escalados jevis en “Pardao” o nos engatusaran con melosidad de caústica sonoridad en “Palabras para Julia”.
Un setlist perfectamente urdido, que permitió descansos a Yosi y lucimientos a los hachas, que marcaron una senda de la que no se alejaron en ningún momento. La de la tormenta eléctrica con punto y aparte en una impetuosa “Llegaste hasta mi” en la que el que esto pergreña casi se dejó la voz (no en vano es mi canción preferida y, como leeréis en la entrevista, no sólo la mía). De ahí al final, con la partida ganada y el público entregado, Los Suaves apretaron el acelerador y nos endosaron una “Dolores se llamaba Lola” plena, vigorosa, orgásmica.
Para los bises, con Yosi desmelenado, haciendo amagos de tirarse a la peña, embutido en una camiseta del Athletic, y con la bandera gallega y la ikurriña, Cereijo destiló clase en un solo estratosférico, mutaron el himno gallego en trueno eléctrico y nos descerrajaron un tiro a bocajarro, “Peligrosa María”, que nos voló el cerebro, provocó conatos de avalanchas y nos dejó satisfechos para una temporada.
¡¡¡Que siga la fiesta!!!
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Rocklive.es
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miércoles, mayo 01, 2013
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