Por Fran Cea
Las suecas Crucified Barbara presentaron su nuevo trabajo The Midnight Chase en la Sala el Sol de la capital madrileña ante una audiencia que no llegó a completar la mitad de su capacidad probablemente influidos por un horario maquiavélico para un miércoles laboral de invierno. No era su primera visita a nuestro país (formaron parte de pasadas ediciones del Metalway y Kobetasonik) y aunque hace un par de años en la Gruta 77 consiguieron una buena entrada con sus compatriotas Bonafide esta vez las cosas no rodaron igual.

Eso sí, hubo mucha expectación por parte de medios y unos cuantos fans muy entregados que hacían cola desde primera hora para recibir la potencia sonora de una banda que en directo se muestra con tablas suficientes y defiende de manera adecuada sus canciones.

Podemos entablar el debate sobre si esta misma formación estuviera compuesta solo por chicos (en vez de estas guapísimas señoritas) conseguiría la misma repercusión mediática pero es cierto que su propuesta hard rockera con esos tintes a menudo punks (todo muy ochentero) son de asimilación sencilla y capaces de abarcar a un público amplio.



La noche comenzó con una banda invitada, los madrileños Warrior Poet con su rock/pop de guitarras vigorosas (¿o era rock con melodías pop?)  y sonido americano que se apoyaron en una base rítmica potente para desgranar su repertorio, más que correctos aunque la voz de Carlos Pavón en algunos momentos no alcanzara el tono. Temas bien construidos y ganas de agradar aunque en mi opinión algo difusos en su propuesta.

Crucified Barbara subieron al escenario para descargar un repertorio corto y urgente. Apenas trece canciones en poco más de una hora sin apenas interrupciones entre los temas y  con un sonido más sucio y menos depurado que en la versión enlatada.

The Midnight Chase ocupó la mitad del set list, desde la inicial y veloz The Crucified con la voz rota de Mia Coldheart, la tarareable Shut Your Mouth o los coros contagiosos de Into The Fire. Menos afortunadas estuvieron en Rules And Bones, una canción que se queda a medio camino, pero levantaron el vuelo cuando a los singles de sus trabajos anteriores como la power balad Jennyfer (este tema lo canta Pink y lo pone en las listas americanas), In Distortion We Trust (me encanta este título) o la final Sex Action que a mí me sigue recordando a Vixen, sonaron con fuerza



Todo ello con una puesta en escena cuidadísima, inmaculadamente heavys , y con poses perfectas para los fotógrafos que consiguieron un buen sitio en la primera fila. Tiene actitud, buenas melodías y solos bien construidos, quizás su condena sea que se posicionan musicalmente en un territorio muy difuso y los amantes de los sonidos más duros las encuentren demasiado blandas y los mas melódicos demasiado punks pero de lo que si son capaces es de ofrecer un show enérgico y competente. Una lástima el horario, seguro que hubiera vuelto a casa más contento.

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