

2011 ha sido un año de programación en directo intensísima. Incluso los que como el que escribe vivimos en ciudades alejadas de las grandes urbes musicales (Madrid, Barcelona y Bilbao) tenemos opción de ver en nuestra localidad, o en otras muy cercanas, a formaciones, y nombres míticos del género que hace unos años no podríamos haber imaginado (amén de bandas de nuevo y pujante cuño) intentando captar la atención del público por entradas de precio comedido (no hablo de Madrid donde las tarifas se multiplican), y actúan dejando a un lado los consabidos "cachés" para realizarlo por "fijos" mínimos cuando no por la taquilla obtenida y los beneficios que consigan obtener de la venta de merchandising.

Vaya por delante mi auténtica enemistad hacia los macrofestivales que se desarrollan en España y que en muchas ocasiones le hacen a quien asiste adquirir cierto complejo de visitante de un "campo de concentración de juventud". Es cierto que tienes la oportunidad de ver por un precio razonable a infinidad de bandas, algunas de ellas míticas y que solo actúan en este tipo de recintos, pero por norma general las incomodidades son notables y el concierto lo acabas disfrutando a través de las pantallas de video (lo que viene a ser una versión dvd live pero de pie) junto a un buen número de "festivaleros" que han preferido ponerse ciegos a disfrutar de la banda.

Siguiendo con los clásicos y con el Sonisphere Twisted Sister fueron tan gamberros y frescos como divertidos, un show que recuerdo con cariño porque Dee Snider demostró como meterse en el bolsillo a una gran audiencia a base de carisma, algo que les faltó a Uriah Heep que tiraron de oficio y calidad interpretativa para triunfar. Individualmente unos genios y en conjunto un máquina muy bien engrasada.

Del resto de clásicos que he visto este año me quedo con Slash en un recinto de pequeño tamaño como la Rock Star de Barakaldo. A la guitarra fue impresionante y cuando tiró del repertorio gunner sinceramente babeé. Una pena que tenga una formación (y unas canciones) que no hacen justicia a su historia, ahora bien, la sensación de haberle tenido a un metro de mi cámara es el mejor recuerdo fotográfico del año. Algo muy similar al reencuentro con Skin de Skunk Anansie que a punto estuvo de volver a llenar La Riviera de Madrid y cuyo buen humor fue el factor diferenciador del año anterior y con la última versión de L.A. Guns en la pequeña Porta Caeli de Valladolid (que a pesar de su tamaño reducido no consiguieron llenar) y que me descubrió a esa otra parte del negocio, la de los supervivientes cuyo nombre no les es suficiente pagar sus facturas y que se han convertido en auténticos peones del negocio siempre sobre un escenario. Al menos creo que conseguí arrancarle una sonrisa con mis cds y vinilos de su carrera en solitario, o eso me comentó.


En el apartado de las decepciones entre los clásicos tengo que incluir a Adler´s Appetite, aunque esta era esperada, a la última reencarnación de los Warrior Soul de Kory Clarke, que a pesar de tener el honor de haber sido el único músico capaz de hacer perder los papeles a una sala en Madrid (demasiados conciertos tienen al público de la capital algo aletargado) a mi me dejó frío y no conseguí captar ni su pretendida actitud ni su arisco carácter y a un Chistopher Cross que aunque imaginaba me encontraría con un concierto tranquilo nunca pensé que el que más se aburriría aparentemente era el protagonista.

Para acabar con los grandes nombres tengo que citar a la dupla Kenny G/Michael Bolton en una única fecha peninsular en Segovia (me aburrió hasta el ronquido el primero y me hizo vibrar con su voz y su estilo el segundo) y uno de los triunfadores del año, Buckcherry, que en su cita en la madrileña Heineken volvieron a demostrar que el espíritu bastardo del hard rock (el de los Aerosmith o AC/DC) se puede reinterpretar y rescatar con éxito. Un cantante de los de la vieja escuela, una imagen que deja clara quienes han nacido para estrellas del rock y quienes no y un repertorio sólido como una roca. La única pega fue lo excesivamente milimetrado que estuvo todo el show, faltó espontaneidad y sobraron unas dosis de hiper profesionalidad.






Me dejo cosas en el tintero como la reciente gira de Walter Parks al frente de Swamp Cabbage (que ahora mismo me tiene enganchadísimo), el placer de estrechar la mano de una leyenda como Carmine Appice después de ver a Paul Shortino bailar como una vedette de Las Vegas (y cantar como los ángeles todo hay que decirlo), naufragar en el intento de ver lo que todo el mundo aprecia en Marah y que yo no consigo disfrutar, confirmar que grupos como The Steepwater Band o Rhino Bucket serán siempre bandas de minorías a pesar de su calidad y sus canciones, disfrutar por fin de AOR de calidad máxima en la visita a Madrid de F.M. o la más de treintena de bandas nacionales a las que he visto sin que salvo contadísimas excepciones (los barceloneses 77, Uzzhuaia, Soul Gestapo o Maggot Brain) ninguno me haya dicho nada nuevo.

Y a pesar de estas luces y sombras que mencionaba, de grupos que sacan adelante sus compromisos a pesar de enlazar más de 20 días de viajes y conciertos sin descanso (como hicieron Witchburn hace unos meses) y la multitud de mañanas laborales repletas de sueño y bostezos sigo sacando todo el jugo a cada concierto al que asisto aunque en cierta manera estemos exprimiendo de tal manera a las bandas que les hagamos ofrecer más cantidad a costa de la calidad y frescura necesarias.
El 2012 se anuncia apasionante de grandes bandas en proyección (por aquí estarán Vegabonds, Dirty York, Zach Williams..) y el caramelo del próximo cartel del Azkena con los Lynyryd por fin en nuestro pais. Habrá que ir preparando la cartera aunque siempre es mejor ser un poco más pobre y más feliz que quedarse en casa tragando venenosas dosis de teleadicción.
Para ver fotos de los conciertos mencionados (y bastantes más) podéis visitar mi perfil en facebook (Fran Cea)
Ostia tío cómo te lo has currado. Cojonudo el artículo, cojonudos los conciertos, cojonudas las fotos,..., pues eso.
ResponderEliminarYo he visto alguno menos y me quedo con Willie Nile, Coronas+Arizona Baby, Cubical, Mississippi Allstars,..., y no tiene por qué ser en ese orden.
Eso sí, a mi el Azkena sí que me gusta: el ambiente, la música, la actitud.
Un saludo
Larrypas
yo al Azkena no he ido nunca como ya te he comentado aunque me parece que este año en cuanto se confirme a Soundgarden me tocara comprar las entradas y pensar en reservar esos dias
ResponderEliminargracias por los comentarios Larry es un placer compartir web contigo, el año que viene sera muy grande, las fechas que se van confirmando nos auguran algo impresionante....
Amigo Fran, para los que para nuestra desgracia no podemos llevar ese ritmo de conciertos y debemos escoger con cuidado a los que vamos cuando se acercan a nuestras ciudades, el leerte y ver tus fantásticas fotos nos alivia la envidia que sentimos. Espero (se) que en el 2012 volveré a disfrutar de tu gran trabajo... y espero volver a tomar una copichuela contigo. ;D
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