Reverend Horton Heat Psichobilly Invasión over Europe Bilbao diciembre 2011 por Larrypas

El viernes llegó a Barakaldo la Psychobilly Invasión over Europe, Part II y se traía como as en la manga al Reverendo Horton Heat que no se puso sotanesco, sino que nos lanzó soflamas rock sin ínfulas, apoyado en una sección rítmica de auténtico lujo (¡Cómo martilleaba el contrabajo!) y que dejó satisfecha a la peña tras un paso más que decepcionante por el Azkena Rock Festival de este año.

Sus alforjas están llenas de rock & roll, los billys que os podáis imaginar caben en su zurrón (rockabilly, psychobilly, punkabilly,…), su técnica es increíble, y nos deparó un concierto correcto, sacándose la espina, sobre andanadas rock con fraseos y punteos comedidos.

Quizás un único pero, la falta de tensión sobre el escenario, donde se sucedieron las canciones según el orden de sus discos, aunque en algunos momentos se saltaron el guión. Un punto de relajación del que se beneficiaron las canciones, pero que hizo que la adrenalina no chorreara precisamente por la sala, salvo la de algunos rockers recalcitrantes.


El festival comenzó puntual pero la caída de una de las bandas hizo que llegara a la actuación del reverendo por los pelos, perdiéndome, sobre todo, a los Phantom Rockers, de los que tenía buenas referencias. Y en esas salió el bueno de Jim descerrajando de buenas a primeras rock cargado de fuzz surfero en el instrumental “Psychobilly Freakout”, cabalgadas cargadas de tensión eléctrica acercándose, por momentos, al trash (“400 bucks”) y pildorazos energéticos marca de la casa (“Jimbo song”).

A partir de aquí el concierto se deslizó por una pendiente en donde el blues, el rock y el swing se dieron de la mano con el extremo trash, con el punk (“Galaxy 500”) y, también, con la tradición más iconoclasta, pasada por el tamiz de la distorsión y el desparrame. Así, lo mismo sonaron ritmos de country sincopado en una estupenda “Balles of cocaine”, que despedazaron el ritmanblues con la velocidad como bandera. Fin de fiesta y bis versionero, con un “Ace of spades” resultón en la voz de uno de sus roadies y un “Folsom prison blues” reo de la distorsión y alejado, esta vez, de los cánones más tradicionales.


Y punto y final a los conciertos en el 2011. A ver si el 2012 es igual de fructífero.

Por Larrypas

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