Por Fran Cea
La edición 2015 del Festival de Música Afroamericana Enclave de Agua llegaba a la capital soriana avalado por una tasa de crecimiento exponencial año a año, unas 25.000 personas pasaron en esta ocasión por la ribera del Duero, convirtiéndole en una de las citas del verano festivalero y en donde se sigue conservando intacto su carácter familiar, gratuito y participativo.
La organización tuvo que lidiar con la falta de un “mirlo blanco” que coronara el cartel, lo de Vintage Trouble el año pasado fue un éxito que doce meses después se multiplica visto donde está llegando la banda, y con la caída de uno de sus cabezas de cartel, Fishbone, a lo que los promotores respondieron con una dupla de artistas principales en la que combinaban dos generaciones y dos formas diametralmente opuestas de entender el soul, el clasicismo preciosista de Lee Fields y el temperamento salvaje de Nikki Hill y recuperando un día extra en la programación, el jueves, que desgraciadamente nos perdimos y que, por lo escuchado entre los asistentes coronó la energía de los franceses Buttshakers y la clase blues de Marcus Bonafanti.