Texto: Lorenzo Pascual
Fotos oficiales del Festival
El pasado fin de semana se celebró la edición postpandémica del Azkena Rock Festival, una cita ineludible para los amantes del rock de guitarras. Ultimamente ando tarde con las crónicas y en esta ocasión no iba a ser menos. Solo pude acudir el sábado atraído por un cartel en el que brillaba con luz propia la propuesta de Patti Smith que sí, cumplió con creces su papel de estrella del día. Pero hubo muchas más cosas, como siempre en el festival, y la verdad, todas buenas más allá de gustos personales que hacían que abandonara antes unos conciertos que otros. Asistí a dos conciertos completos; el de Patti y el de un inconmensurable Daniel Romano que, lo digo ya, dio el bolo del día para el que esto suscribe. Pero bueno, vayamos al lío.
Dewolff fue una de las sorpresas del festival para mi. Sin más bagaje que un par de escuchas me acerqué a su show y a fe que se ganaron a la gente a golpe de guitarrazos y simpatía. Rockanroll en formato trío, sin bajo, que dejó reminiscencias a los 70s, toques psicodélicos y unos músicos superlativos. Tampoco me mantuve con ellos todo el show y cuando se pusieron más "densos" aproveché para ir a ver un rato a Israel Nash. Culpa mía seguramente, pero no acabé de enganchar con su elegante propuesta. La verdad es que sonaba de lujo pero su sonido "americana" hizo que lo viera hasta que decidí ir a ver a otro grupo que tenía apuntado en negrita, Vulk. Y quizás por las altas expectativas, tampoco acabé de entrar en su propuesta. Músicos de calidad incontestable, su punkrock no se salió del guión. Eso sí, derroche de un batería descomunal y de un bajo impactante que daban cobertura a guitarras ponzoñosas.
Emmylou Harris paseó su country por Mendizabala con elegancia y una banda más que solvente pero las ganas de ver a Patti Smith en condiciones hizo nos fuéramos antes para coger sitio. Y creo que acertamos porque dio un concierto grandioso, de los de recordar, sin agarrarse solo a sus éxitos. 75 años adornan a Patti Smith y quizás se le notó un pelín en la voz, aunque no en la brillante declamación del poema de Allen Ginsberg "Footnote To Howl". Fue un concierto vibrante con un sonido espectacular y con Patti disfrutando y haciendo disfrutar al respetable. La banda aprovechó los descansos de la estrella para homenajear a los Stooges ("I Wanna Be Your Dog") y a los Beatles ("Helter Skelter"). El final fue apoteósico con la gente coreando el "Because The Night" y "Gloria" para finiquitar el concierto con "People Have The Power" ayudada en las voces por Emmylou Harris. Lo dicho, para enmarcar.
A Robyn Hitchcock lo catamos muy poco por mor del cansancio pero, sentados a cierta distancia, parecía que la cosa fue de más a menos. Ya nos costó levantarnos para ver a Suzi Quatro, una leyenda sí, talludita sí, pero con unas ganas mayúsculas de agradar. Tiró de hits aunque, como dijo M., ese rollo espectáculo Las Vegas, no nos sedujo y nos fuimos a ver a Daniel Romano. Y ¡fue la bomba! Un SEÑOR CONCIERTO, concentrando en algo menos de una hora toda la furia a la que nos tiene acostumbrados. Fue el bolo del día para el que esto suscribe y el único, junto al de Patti, que vimos entero.
De ahí al fin de fiesta con Michael Monroe, una auténtica estrella del rockanroll, un espectáculo en si mismo. Culebrea por el escenario, se contonea entre el público, se sube a todo lo que tenga cierta altura y encima tiene canciones. Un no parar con himnos como "Hammersmith Palais" o "Ballad Of The Lower East Side" que te sumergen en el rock con mayúsculas. Y es que Michael Monroe es un puto crack.
Y hasta aquí lo visto el sábado. Ya estamos echando de menos el festival aunque, como dicen en Pamplona, ya queda menos para la edición del año que viene.
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