Crónica del concierto de La Polla Records en el B.E.C.

Letras y fotos: Lorenzo Pascual (web)

Ni los más viejos del lugar se habrían creído hace cuarenta años que La Polla Records llenaría recintos pantagruélicos en el aforo por todo el estado en citas dobles debidas a la petición masiva de entradas. Y es que La Polla tenía su público y Evaristo había seguido en el candelero musical con sus múltiples proyectos y con Gatillazo todavía en activo, pero lo de esta gira ha sido sorprendente por el alborozo generado, quizás un pelo desmesurado. El viernes en Barakaldo pudimos ver a los aficionados de toda la vida, talludos aun con sus camisetas punkarras (me uno a esa fiesta, que conste), junto a una constelación de jóvenes de ambos sexos atraídos, sin duda, por la leyenda. Juntos, llenaron en días consecutivos el B.E.C. de Barakaldo, algo que pocas bandas pueden hacer hoy en día.

Principió El Drogas que, consciente de su rol de "telonero", descargó un setlist en el que se arrimó al ascua de Barricada con el que se ganó al respetable y que, digamoslo, superó en algunos momentos a la tormenta punk que estaba por venir. Elegante en el vestir, principió perjudicado por el sonido y con una afluencia de público escasa, todo perdonable por la versión de "La Silla Eléctrica" mi canción favorita de la banda madre. Pero no se quedó ahí, siguió desgranando éxitos y, con mejor sonido, se ganó a la peña a base de himnos como "En Blanco y Negro", "Barrio Conflictivo" o "No Hay Tregua", junto a sorpresas como las versiones de Cicatriz ("Aprieta el Gatillo") y Alarma ("Frío"). Demostró por qué era el acompañante perfecto en esta gira.

Puntuales, con las pantallas mostrando una cruz en llamas, La Polla Records iniciaron sus dos horas de concierto con "Salve", el puñetazo en la cara con el que se mostraron por primera vez hace ya treinta y cinco años. A partir de ahí una sucesión de éxitos, con la banda machacando las dos guitarras y con Evaristo hiperactivo, en perfecta forma y con una voz nada perjudicada. Y la gente presa de un frenesí que les impelía a cantar todas las canciones, a bailar en pogos desenfrenados (no fueron muchos por mor del apelotonamiento) y a seguir de pie en las gradas todo el concierto. 17.000 personas que no se equivocaron de plan y que corearon, pese al mal sonido (sonó apelmazado, un barullo de ecualización), todos y cada uno de los temas. A toda pastilla sonaron "Lucky Man For You", "Nuestra Aalegre Juventud", "Los 7 Enanitos" y su último tema "Ni Descanso Ni Paz" en una primera parte que finiquitó la bestial "Txus", lo mejor de la noche, por la intensidad y la algarabía que generó.


Y el concierto siguió creciendo en intensidad en una carrera desenfrenada, con la rabia por bandera, y varias generaciones unidas por temas imperecederos ("Ellos Dicen Mierda", "Punkyfer") coronados por una "No Somos Nada" que coreó todo el pabellón. Quedaba ya poco para el final con dos bises cuádruples que dejaron a la gente a gusto.

Quedan dos citas en Barceloa (25 y 26 de octubre) antes de cruzar el charco hasta Buenos Aires ya en febrero. El 26 tiene las entradas agotadas. Así que ya os podéis dar prisa.


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