El próximo 21 de diciembre (viernes) toca paseo por la ría para acudir al bolo que Pájaro y Hendrik Röver Y Los Míticos Gts van a oficiar en el Crazy Horse bilbaíno. Muchas han sido las veces que los dos artistas han paseado su arte por Bilbao y esta es una oportunidad única de tenerlos juntos. Poco que añadir que no conozcamos todos a la extensa biografía de Hendrik Röver, carismático lider de Los Deltonos, que nos visita en esta ocasión con su otro proyecto al frente de LOS MITICOS GT´s , donde da rienda suelta a estilos como el country, Honky Tonk, Rock and Roll, Western Swing, Americana.... con 8 discos ya editados siendo la última referencia "Un puñado de canciones..." (2017). Pájaro ya nos visitó al frente de su banda unos meses para presenta "Gran Poder" (2018) disco que completa la trilogia "Santa Leone" (2014) y "He Matado al Angel" (2016) . Para esta ocasión viene en formato dúo acompañado del gran Raúl Fernández también a la guitarra y voz.
Hendrik Rover y los Mìticos GTs son un potente y dinámico trío de músicos curtidos y excelentemente conjuntados que interpretan el repertorio de Röver y una cuidada selección de versiones con solidez y aplomo.Armado con sus canciones, una telecaster Esquire y un pequeño pero gruñón Fender Pro Junior y arropado por el potente contrabajo de Goyo Chiquito y el excepcional trabajo rítmico de Toño López Baños Hendrik Röver & Los Míticos Gts son un huracán en el escenario. Palabra.
Andrés Herrera, alias Pájaro, nació en Sevilla. Nacer en la capital de Andalucía es, de por sí, algo tan excelso que acaso no merece ser comentado con unos meros párrafos en prosa. Pero, además, el destino ha dispuesto que Pájaro viviera una afortunada cadena de experiencias (si bien no todas han sido precisamente amables, desde luego) que han moldeado al individuo hasta llegar a lo que hoy, sin duda, es: uno de los músicos más sugestivos del país, inequívocamente en la plenitud de su talento musical. La Sevilla de Pájaro es más la del río Betis que la del Guadalquivir, más de Itálica que de Giralda, más de Escipión que de Muza. El remanente romano empatiza con el gusto del artista por la Italia de Adriano Celentano, de Sergio Leone, de Ennio Morricone. Su pasado como guitarrista ineludible de la escena rockera sevillana, (Dulce Venganza, Pata Negra, KIko Veneno, Silvio) en una época en la que, con toda naturalidad, se podía rendir pleitesía a Elvis y a la Virgen de la Macarena el mismo día y a la misma hora, ha dejado tal poso en su genio. Y es que, para Pájaro, Sevilla, Texas, Nápoles, Nueva Orleans, Roma, Almería o Memphis se huelen desde su ventana. Y el rock’n’roll, el blues, el surf, el swing, la saeta, la tarantela o el spaghetti western suenan como una misma cosa cada vez que pone los dedos en las cuerdas de su guitarra. Así, la magia surge de convertir en posible lo imposible para que la belleza —que es algo que no existe— esté.
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