Crónica de The Fleshtones en Bilbao

Texto y fotos: Lorenzo Pascual (web)

Siguen The Fleshtones siendo fieles a su cita anual con Bilbao y su territorio Antzokiano, testigo siempre de sus shows espídicos y a cien por hora. De esos que agotan solo de presenciarlos, una fiesta en toda regla que uno debería ver alguna vez. Cuatro años hacía que no los cataba y ya iba siendo hora. Y a fe que no defraudan, su directo es incendiario, aunque en el debe tenemos que hablar casi siempre de un sonido mejorable y de una "rutina" que ya empieza a estar demasiado vista.

Así, durante hora y cuarto, The Fleshtones hacen aquello que mejor saben, interaccionar con un público predispuesto y lanzar pepinazos de fuzz y garaje que nos doblegan por insistencia. A mi (será por la edad supongo) ya me sobra tanto "talento", tanta vuelta sobre si mismos, tanto pedirselo al respetable. Y me gusta su mezcla de rockanroll festivo, garage psicalíptico, la progresión de sus temas en directo sobre sus grabaciones y su entrega ante cualquier auditorio, seamos ciento cincuenta (como fue el caso) o diez mil.


Presentaban, además, nuevo album, 'Budget Buster / Just The Hits', colección de caras B y rarezas con dos temas nuevos y que han editado en vinilo. Y ya lo hemos dicho, fueron 75 minutos de carreras entre el respetable (desde el primer tema "Hard Lovin' Man"), de ritmanblús espasmódico, una montaña rusa aliñada con temas de rockanroll a toda pastilla y versiones de grupos con talento, unos tales Rolling Stones ("Gotta Get Away"). También sonaron pildorazos presentes en casi todos sus shows, ninguno igual al de otra cita, como "I Was A Teenage Zombie" o "Remember The Ramones". En una forma prodigiosa Zaremba se desgañitaba al micro, Keith Streng se lanzaba desde los altavoces situados en los extremos del escenario, Ken Fox se mostraba chuleta, pleno de poses, al micro y al bajo y Bill Milhizer bastante tenía con seguir las deambulaciones del resto entre el respetable y mantener el ritmo, que lo hizo a conciencia. Fue una fiesta de una hora, prolongada en el bis hasta que el bueno de Zaremba aprovechó una bajada entre el público para hacer mutis por el foro y dedicarse a vender discos entre las loas de la concurrencia.

Una vez más con The Fleshtones. Y esto sigue siendo un no parar. Rock on!


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