El pasado viernes (2 junio) dio comienzo un fin de semana dedicado a la mejor música popular, el rockanroll. Se iniciaba el Music Legends Festival en el Centro La Ola de Sondika con un cartel de calidad en el que descollaba la presencia del huraño (no lo fue tanto al final) Van Morrison. Cuatro mil personas nos acercamos a degustar la canela fina del irlandés según algunos medios, que habrían sido algunas más si no llega a ser por la pertinaz lluvia que nos acompañó gran parte del fin de semana. La organización lo puso fácil; un lugar coqueto, sin agobios, buen llantar (Thate y dos camiones de comida de esos que están de moda), y estupendas condiciones para los fotógrafos. Y el sonido, ES-PEC-TA-CU-LAR todo el festival, quizás un poco más de volumen habría estado bien, pero fue alucinante sobre todo en comparación con otros eventos parecidos. Pero vamos al lío.
Por mor de quehaceres familiares me perdí a Motxila 21 y a Ruper Ordorika. Dicen los que allí estuvieron que los primeros cumplieron y que Ruper presentó su última rodaja digital con la calidad a la que nos tiene acostumbrados.
Así que, para mi, Georgie Fame fue la entrada en el festival y a fe que disfruté como un enano. En formato trío (sin bajista), en perfecto estado de forma y aporreando el hammond con decisión, Fame dio una lección de lo que ha sido, es y será el mejor ritmanblús británico. En su particular homenaje hizo suyos los temas más negros. Cantó sobre ‘Green Onions’ (y no quedó mal oigan), quitó la raspa de Ray Charles al ‘I’ve Got A Woman’ y revisionó con brillantez a Willie Nelson en ‘Funny How Time Slips Away’. Bajo el aguacero Fame templó gaitas y se arrimó a sonidos más calientes (esto lo había oído yo antes pensé; y sí, James Hunter bebió de aquí seguro), finiquitando el concierto con sus particulares homenajes a Mose Allison y a Mongo Santamaría entre los aullidos del respetable.
Y puntual (incluso un poco antes de la hora) saltó Van Morrison al escenario ¡¡Y SE PARÓ LA LLUVIA!! Legendarias son sus broncas y sus enfurruñes en medio de un concierto. Aburrido por “profesional” fue el concierto del Euskalduna (en 2005 si no me equivoco) donde no interactuó ni con su banda y fue un toma el dinero y corre (sonó de lujo eso sí, como si de un disco se tratara). Pero hete aquí que, no sé si por ser al aire libre, porque estuvo a gusto flanqueado por viejos compañeros de batallas (Georgie Fame) o porque rejuveneció al lado de Imelda, el bueno de Van se cascó un concierto de los de toma pan y moja. Con una voz descomunal que ha perdido algún matiz pero que sigue incansable al frente de los temas, hizo un recorrido por su ingente discografía, se apoyó en los amigos (con una ‘Vanlose Stairway’ pletórica y acompañado por Georgie Fame con el que tocó otros dos temas) y rejuveneció standards como ‘Bring It On Home To Me’ junto a Imelda May. ‘Moondance’ sonó a gloria, le dio al swing y mostró todo su tronío en los temas más pop, auténticas gemas de melodías que impelen a mover los pies, las caderas o lo que se tercie.
Tras Van Morrison, final de fiesta con Rubia que principió con mucho soul y mucha clase. Presentaban nuevo disco, “The Game”, con una banda de lujo en la que destacaban dos violines, y sección de viento que aportaron una ambientación de lujo a unos temas estupendos. Por allí discurrió el soul sedoso, más Philadelphia que Stax, con parada y fondo en el ritmo de Nueva Orleans. Se metieron a la gente en el bolsillo.
Primera jornada del Music Legends Festival, llena de chubasqueros de usar y tirar, plena de calidad y con el mejor Van en el recuerdo. En breve crónica del segundo día.
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