Fotos: Lorenzo Pascual
Día gris y la lluvia nos empapaba por momentos. Calorcito. Eso era lo que necesitábamos. Y qué mejor manera que acariciar una temperatura adecuada, que asistir al concierto que Nikki Hill ofrecía en el Kafe Antzokia el pasado martes.
Le ha cogido el gusto la de Carolina del Norte a pisar suelo bilbaíno. Cuarta aparición consecutiva por la legendaria sala, y como de costumbre, lleno absoluto gracias a esta nueva moda revival que se ha instalado en la capital vizcaína. En esta ocasión lo hacía para presentar su nuevo disco, el magnífico “Heavy Hearts, Hard Fists”. Rock & Roll puro que ha ganado mucho empaque con el fichaje de un segunda guitarra, Robert Nesbit, que hizo las delicias del respetable junto al marido de Nikki, Matt Hill. Nada de rhythm and blues engañoso.
Poco después de las 9 de la noche, suena la bocina y al ruedo. Nikki, ataviada con una preciosa chaqueta de leopardo, botas de serpiente, pantalón ceñido y una sonrisa de oreja a oreja, que no le desaparecerá durante toda la velada, ataca sin miramientos una stoniana “(Let Me Tell You ´Bout) LUV” para comenzar una noche que nos hará sudar por momentos. “Ask Your Self” nos trajo su antiguo trabajo. La gente ya estaba en ambiente y “Struttin” fue un auténtico orgasmo con guitarras desatadas como si de un duelo en Ok Corral se tratara. Magnífica interpretación, superando con creces el tema en estudio.
Siguieron canciones de su último lp como la blusera animosa “Mama Wouldn´t Like It, la funky “I´m Gonna Love You” o “And I Wonder” que demostraron la madurez adquirida en estos años. Lejos de aquella primeriza Nikki. La rabiosa “Scratch Back” puso punto a una primera parte del concierto que creció segundo a segundo.
En los bises nos deleitó con “Oh My” con ayuda de la audiencia a los coros, y un par de versiones, donde sale acertada con el “Keep A Knokin” de Little Richard, pero pincha en hueso con una deslavazada “Twistin' The Night Away” de Sam Cooke, que gana enteros al final cuando la lleva a su terreno.
En líneas generales, buen concierto para disfrutar tras una dura jornada laboral. Nos vemos el año que viene Nikki…
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