Crónica del concierto de The Strypes en el Kafe Antzokia bilbaíno

Texto y fotos: Lorenzo Pascual (web)

Las noches del viernes son para el rockanroll. Y eso debían pensar todos aquellos que llenaron, o casi, el Kafe Antzokia para ver a The Strypes, grupo irlandés de joveznos con estilo y que no desentonaron. Un show espídico, centrado en su último disco y que gustó a la parroquia, aunque a mi no me llegó en demasía. Ya iba sobre aviso. Su último disco suponía una vuelta de tuerca de estilo, menos volcado en la cazalla tabernaria y explorando paisajes más brit, más…..blandos, sí.

Puntuales salieron los teloneros, Luma, grupo donostiarra de guitarra y batería que se manejaron en un show lisérgico, de acordes desgarrados y retumbar de los tambores. Bolo de muchos riffs y casi ningún solo que empezó gustándome, pero que pecó de cierta pasividad y pocos registros. No estuvo mal que conste.

Y pasadas las once de noche saltaron The Strypes al tablado sumergidos en una intro con el “Dirty Old Town” de The Pogues. Fueron 85 minutos de comunión con un público que prácticamente llenaba la sala. Jovezno la más de las veces, intercalado y perfectamente ensamblado con público más maduro, más recio y, creo yo (puede que me equivoque), más interesado en la vertiente canalla.




Casi hora y media en la que, elegantes y disciplentes, dieron un repaso exhaustivo a su último disco. Pero ay amigo, éste no es igual que su debut, ‘Snapshot’, pleno de guitarrazos y de mala leche, y el show se resiente. Tonalidades más cercanas a un público mainstream que a mi me decían más bien poco.

Su inicio con “Mistery Train” prometía pero no fue hasta después de un “Stormy Monday” sin fuste, que pusieron toda la carne en el asador. El bajista, émulo de Wilko Johnson en el gesto, y el batera restallaron con clase y la guitarra de Josh McClorey echó humo, siendo buen sostén de un vocalista al que quizás le sobró autocomplacencia, aunque a la armónica mejoró varios de los temas.

Después, “Smokestack Lightnin” les superó, cayeron en el lodazal más domesticado con “Scumbag City” al que faltó mala leche y se superaron con “Stillgonna Drive You Home” y “I NeedTo Be Your Only” que, al final, nos dejaron buen sabor de boca y un regusto a lo que podía haber sido y no fue. Y en el bis más de lo mismo, rockanroll de alto octanaje con el “Heart Of The City” de Nick Lowe y con uno de los temas más intensos de su primer disco, “Blue Collar Jane”.



Tras su visita anterior al Azkena Rock Festival 2014 The Strypes prometían pero en ese transcurso de tiempo han cambiado (o les han cambiado) para acercarse a un público más mayoritario. A mi me gustaban más antes, pero en el Kafe Antzokia no todos pensaban lo mismo, claro.







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