
En aquel, Romano exploraba el sonido ‘countrypolitan’ del gran Billy Sherrill, con un corazón de honky-tonk y efecto melodramático que inundó sus primeros discos, sumergidos en el legado de Gram Parsons y el country cósmico. ‘Mosey’, sin embargo, es como un cocktail de final de los 60, una receta con ingredientes de pop experimental, ye-ye, y country psicodélico, golpes de vientos y desnudos pianos. Una compleja paleta emocional en la que expande su visión creativa con la inspiración en figuras como Lee Hazlewood, Serge Gainsbourg, Bob Dylan, Leonard Cohen, Randy Newman y Ennio Morricone, en una mezcla sonora que rescata el pop francés y británico de los 60, con blues, psicodelia, spaghetti western, funk setentero, honky-tonk descorazonado, country-soul, baladas de piano de saloon y rock n’ roll saltarín, todo ello bajo un velado sentimiento cinematográfico de evocador pasado pero sentimiento de la era moderna.
Autoproducido y grabado en mono en su propio estudio en Fenwick, Ontario, a lo largo de 2015, Romano tocó y grabó todos los instrumentos (guitarra, bajo, batería, tecados, y percusión) y dirigió los arreglos orquestales, además de ofrecer una heterogénea interpretación vocal, que varía inmensamente de canción a canción. “Valerie Leon” abre el disco como un galopante y polvoriento vendaval 60’s, con acentos de vientos y arreglos de cuerda hipnóticos, teclas de honky tonk y rugientes riffs de guitarras psicodélicas. “One Hundred Regrets Avenue” evoca a Jacques Brel, y en “The Collector” se atreve a rescatar una una oscura maravilla melódica de la producción menos conocida de The Everly Brothers. Eclectico, quijotesco, volátil, ‘Mosey’ no da tregua, y dota a Romano de un nuevo brillo, auténtico, valiente y magnético.
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