Crónica del concierto de Sven Hammond en Bilbao

Texto y fotos: Lorenzo Pascual

El pasado lunes Sven Hammond sentaba sus reales en las tablas del Kafe Antzokia de Bilbao, dando comienzo a una gira que tendrá otras seis paradas consecutivas y manteniendo las altas expectativas generadas. Y es que tras su paso por el Azkena Rock Festival 2015, donde ofrecieron un show fresco, explosivo y plenamente disfrutable, esas expectativas de dispararon por la oportunidad de verlos en sala pequeña con la ventaja que eso trae de cercanía y de que te acaben tumbando en la lona tras el puñetazo sonoro (el único puñetazo que nos gusta) con que nos noquearon en la cita vitoriana. Para mi fueron los triunfadores del día, más allá de viejunas leyendas.


Encima venían frescos a su primera cita del estado (“una suerte para todos” según ellos mismos dijeron). Y la frescura es una virtud nada desdeñable visto su espectáculo, pleno de sudor soul, de groove sinuoso y de ritmanblus al galope a lomos de un hammond que, lo mismo derrochaba fuzz psicodélico, que marcaba la senda más contenida que seguía el grupo.

Con estas premisas las vibraciones eran buenas, pero la entrada se resintió. El Kafe Antzokia presentaba un paupérrimo aforo, pero eso no fue disculpa. Desde el principio, Ivan Peroti (voz), Tim Eijmaal (guitarra), Glenn Gaddum (bajo), Joost Troon (batería) y Sven Figee (teclado) salieron a por todas. Temas de soul caliente con la voz de Ivan Peroti dotandolos de angustia (“The usual suspect”) y paseos por el lado más lúbrico del funky. Los temas de sus discos, quizás demasiado arreglados (y que cuestan entrar) se veían reforzados por el músculo, la pegada y la actitud de un grupo que, en directo, se viene arriba.


Sinfonías soul que dieron paso, mediado el set, a un medley instrumental quizás demasiado largo y en el que tuvieron cabida solos de bajo y batería (sigo postulando por su prohibición, ¡¡¡dios!!! qué sopor). Pero tras ese parón, Ivan Peroti volvió a tomar las riendas, lanzándonos una soflama góspel (“Wade In The Water”), principiada con órgano eclesiástico, que al poco devino en fiesta soul con la peña haciendo los coros. Sin duda la cima del concierto para el que esto teclea. De ahí al final, hubo de todo. Nuevas paradas en el abrevadero soul, rockanroll con la guitarra al frente (“Bad News”) y ritmos hipnóticos, sincopados, que machacaron neuronas (“Fly”, de lo mejor de su último disco “IV”). Para el bis, solo de hammond y una versión de Hendrix para dejar a las claras su procedencia (“Manic Depression”).

Volvieron a sorprender los Sven Hammond. No sé si estará en el pódium de lo mejor del año, pero su concierto seguro que no se nos olvida fácilmente. Rock on!!

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