Fotos: Lorenzo Pascual
Tras no haber podido asistir a sus tres anteriores visitas debido a diferentes causas, en cuanto se anunció la gira de despedida de Jim Jones Revue, marqué a fuego el día 19 de septiembre en el Kafe Antzokia de Bilbao como fecha y lugar para poder ver en directo a una de las bandas más grandes que ha dado el rock & roll en los últimos tiempos. Aún recuerdo el día que cayó en mis manos su primer y maravilloso disco, aquel demoledor “Jim Jones Revue” del 2008 que me voló la cabeza a la primera escucha. Ese rock sudoroso que se te mete en vena y te traslada a tiempos añejos. Como meter en una batidora a Little Richard con los MC5, un Jerry Lee Lewis más garajero, el aire chulesco de un nuevo New Orleans…
En esta gira de despedida, para ir abriendo boca en sus conciertos, traen consigo a uno de los tipos de los que más se está hablando en la prensa especializada en toda Europa. John J. Presley se alzó a las tablas del Antzoki pasadas las 9 de la noche, ante una no muy numerable presencia de público (quizás tuviese algo que ver que fuese noche de Champions). Desplegó su blues con tintes garajeros adheridos con profunda voz y riffs poco pretenciosos. Canciones flojas, sin pulir. Primera vez. Estaremos atentos a su evolución. De momento… “ni chicha ni limoná”.
Se acercan Jim Jones y su guardia pretoriana. El líder de la banda de los 90, Thee Hypnotics, hace acto de presencia con Rupert Orton (guitarra), Elliott Mortimer (piano), Gavin Jay (bajo) y Nick Jones (batería). Empieza el espectáculo. Desde ese momento estamos preparados para una orgía musical donde tendrán cabida sus “únicos” tres discos.
Atacan con fuerza de apisonadora y pianos humeantes “It´s gonna be about me” para dejar paso a unas maracas susurrantes en “Never let you go”, las dos mismas canciones que abren su último disco de estudio. “Shoot First” no dejó lugar para preguntas, y si las hubo, las disiparon en una atronadora “Burning your house down”, canción que da título a su segundo álbum. “Righteus Wrong” nos muestra a un Jim contorneándose sin parar, haciendo las delicias del respetable. El aroma soul de las plantaciones de algodón, de misa de domingo, se dejó notar en “7 times around the sun” con esos maravillosos coros, y los tintes de New Orleans bañaron una tribal “Collision Boogie”. El final de la primera parte del show nos llega con ese rock & roll pretencioso que es “Who´s got mine?”.
Si el Rock & Roll es sexo sucio con retazos de amor, Jim es su más ferviente gurú, y nos lo demuestra en una segunda parte de infarto. Canciones como “Dishonest John”, “512” y “Elemental” son capaces de dejarte sin aliento, de patearte el culo y vomitarte encima sin que te importe lo más mínimo. “High Horse” despide el espectáculo antes de que vuelvan para tener un último revolcón entre nuestras sábanas con una imponente “Princess & the Frog”.
Lo dejan, sí. No lo entiendo, no. Tras tres discos y en lo más alto, quizás Jim tenga otro proyecto en mente. Quién sabe. Lo que vengan por detrás lo tienen jodido. El pabellón está muy pero que muy alto. Estos tipos son imbatibles. It´s only Rock & Roll!!!
Una pena que se hayan ido tan pronto: el mundo de la música aún les necesita, pero entiendo que hay que quemar etapas. Siempre nos quedarán sus asombrosos discos: savia nueva en una década moribunda.
ResponderEliminar