Texto: Jorge Escobedo / Fotos: Larrypas
La plantilla de Rocklive.es crece con la presencia de Jorge. Larrypas se centra en la fotografía y Jorge ocupa su lugar ante la hoja en blanco aportando sus conocimientos y buen hacer, amén de sabia fresca en el teclado. Con Shooter Jennings inicia su andadura. Que sea por mucho tiempo. Bienvenido.
“Outlaw”. Un fuera de la ley. No hay mejor manera de definir al vástago de Waylon Jennings y Jessi Colter. Con semejantes influencias era difícil que se fuera por otros derroteros. Shooter Jennings y su banda nos visitaban este mes de Marzo para ofrecer 4 conciertos, en la que sería su primera gira en nuestro país, si obviamos el concierto que ofreció en el ya lejano 2007 en el Blues & Ritmes de Badalona. Tras los conciertos de Barcelona, Zaragoza y Madrid, le llegaba el turno a Bilbao. Y el Kafe Antzokia era el lugar elegido para que Shooter y los suyos presentaran su nuevo álbum “The Other Life”, una vuelta a sus raíces, que ya confirmó en el año 2012 con la edición de “Family Man”.
Fecha marcada en rojo en el calendario desde que Noise on Tour, la promotora, nos diese la noticia, esperábamos el día del concierto repasando una discografía que servidor había tenido aparcada durante un largo periodo de tiempo por diferencias, que hasta el sábado, creía irreconciliables.
Al adentrarnos en esa catedral de la música bilbaína que es al Kafe Antzokia, pocos minutos antes de comenzar el show, uno se sorprende al ver el aforo semivacío. Alguien comento antes eso que… “aquí en Bilbao el country no triunfa”. Pero es que esto no es country señores. Esto es algo más. Un repaso a la música americana de raíces donde tienen cabida todos los estilos. Y entre dimes y diretes, y alguna que otra cerveza, salen los cuatro forajidos dispuestos a todo. Ya con la sala vistiendo mejores galas, Shooter presenta una formación clásica con Scotty Schultz a la batería (madre del amor hermoso qué pegada), Matt Lee a la guitarra (maravillosa su facilidad de pasar de un estilo a otro y resultar creíble) y Johnny Stanton al bajo (perfecto en la ejecución). Pero vayamos a lo que nos acontece: el concierto. Luces y sombras. Así definiría yo lo que pude presenciar la noche del 8 de Marzo de 2014 en la capital vizcaína. Luces porque la primera parte del show fue extraordinaria, y sombras porque los bises… bueno… eso más adelante.
Tras enfundarse su guitarra blanca, que tanto nos gustaba en su padre, empezamos el concierto con dos temazos “shouthern rock” como son “A Hard Lesson to Learn” y “Gone to Carolina”, que ya nos adelanta lo que viene a continuación. Un repaso a cada uno de sus discos y alguna que otra versión interpretada de manera maravillosa. “Some Rowdy Woman” y “Old friend” nos presentan la versión del Shooter más cercano a un genio como George Jones y “Steady at the Wheel” me deja un aroma a mis amados ZZ Top. “Freedom to Stay” de Waylon, es la canción elegida para ser la primera versión de la noche. Interpretada de forma magistral con un Jennings pletórico a la voz. En este momento yo ya me sentía afortunado por poder disfrutar de semejante genio, pero uno siempre quiere más. La balada con aires “nashville”, “Wild and Lonesome”, de su último disco, hizo bajar un poco mi intensidad, echando de menos esos coros de mi adorada musa Patty Griffin, que hacen que la canción adquiera otra dimensión en el disco.
Y aquí, al revés que en el dicho popular, después de la calma llegó la tormenta que supusieron “The Low Road” y “Mama, It´s Just My Medicine” (si Will Hoge escuchara esto…), interpretadas como si fuesen solo una y a una velocidad endiablada por una banda en estado de gracia, haciendo volverse loco a los allí presentes. Uno de los momentos cumbres del concierto para quien suscribe. “Isis”, la canción que su majestad Dylan incluyó en aquella maravilla de 1976 titulada “Desire”, fue la segunda versión elegida. Siempre se ha dicho aquello que… “nadie canta a Dylan como Dylan”, algo que suscribo totalmente. Pero me deja buen sabor de boca. Me gusta ese arreglo. Lo lleva a su terreno. La interpreta con garra y pasa el examen. Shooter, estás sembrado. “Outlaw you”, brillante, con un trabajo de Matt Lee a la guitarra excelente. Y llega el momento vacuno. “Belle of the Ball”, “Solid Country Gold/The Outsider” y “The Other Life”, con un puntito soul, le confirman como uno de los mejores cantantes country de su generación. O será que para este momento ya he caído rendido… Y de repente… suenan esos acordes… esos que hicieron que me enamorase de él en su día. Joder!!!!!! Algo recorre mi cara. Me doy cuenta. Ha vuelto a pasar.
Emoción. “4th of July”. No quiero más. No necesito más. Un himno. Al alcance de muy pocos. El “hillbilly” que es “White Trash Song” pone punto final a una primera parte del concierto maravillosa.
Los bises son otra cosa. A Shooter le da por su faceta más oscura. Aquella que predominó en su álbum “Black Ribbons”. “Wake up” con una parte cercana al hardcore y “All of This Could Have Been Yours”, enfriaron muchísimo el ambiente. “Manifesto No 1” de su primer disco, en versión “rockabilly” y un final con “The Gunslinger” incluida jam psicodélica estilo Pink Floyd, finiquitaron el show.
Enorme Shooter. Aprobado con nota. Solo otro “pero”. Maldito órgano en medio del escenario, que no ayudó nada a la cantidad de fabulosos fotógrafos que querían inmortalizar el momento.
Y con estas, para casa. Feliz. Contento. Sonriendo todo el camino. Acordándome de esa caricia por mi cara.
Hasta pronto, amigo.
Gran concierto y gran crónica!
ResponderEliminarel concierto no se pero la cronica muy buena
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