
Por
Fran Cea
Soy muy seguidor de
Skunk Anansie. No he faltado a sus últimos conciertos en España tras su reunión y disfruto intensamente y de manera regular de sus tres primeros discos, que me parecen llenos de grandes temas y de un espíritu conciliador del rock de alto octanaje con melodías de digestión sencilla y coros para compartir en multitud. De las dos anteriores citas en la sala
La Riviera de Madrid la primera tras la vuelta a la actividad se saldó con un sold out rotundo y un concierto intenso y lleno de todos sus clásicos aunque la banda aún mostraba que necesitaba un tiempo para volver a coger la forma. Tras el lanzamiento de
Wonderlustre quedó claro que el camino que su inmensa vocalista
Skin había abierto en sus discos en solitario sería el que seguiría la formación. Más accesible a todos los públicos y menos contundente, aunque el poder saborear la voz prodigiosa de
Skin nos hacía disfrutar algunas gemas como
Good Only Loves You, Feeling The Itch e incluso la azucarada
You Saved Me. En esa ocasión no consiguieron colgar el "no hay billetes" pero la cosa no anduvo lejos.

Año 2012.
Skunk Anansie publican
Black Traffic, sin duda su disco más alejado de su sonido (quería escribir el más flojo pero imagino que no será así para los más partidarios de esta nueva etapa de la banda) y en un Noviembre repleto de programación musical de calidad no llegaron a completar la mitad del aforo de La Riviera. Y sin embargo creo que
Skunk Anansie ofrecieron el pasado jueves, tras unos insípidos
The Jezabels como banda telonera, el concierto más enérgico que les he visto. No solo no se vinieron abajo ante la respuesta sino que salieron a matar desde que el primer compás de
The Skank Heads sonó por los altavoces.
Un montaje de luz horrible traído por la banda y un escenario completamente despejado para que la vocalista campara a sus anchas fue todo lo que necesitó
Skin para acaparar todas las miradas y los objetivos de las cámaras siendo única protagonista ante una banda que una vez más ocupó un excesivo segundo plano y no pasaron de ser meros comparsas.

Es verdad que sonaron bastantes canciones de su nuevo trabajo,
I Will Break You en segundo lugar (una de las canciones más enérgicas), el single
I Believe In You, tan prescindible como las poperas
Satisfied?,
Our Summer Kills The Sun o la monótona
This Is Not A Game. Spit U Out, algo mejor en directo que en cd pero insuficiente y la competente
Sad Sad Sad, aunque el coro me rechine un poco. Siete canciones que hicieron buenos otros temas de su nueva etapa como
God Loves Only You, que funciona muy bien en directo o
My Ugly Boy, pero todo el mundo esperaba los clásicos y se notaba cuando atacaban temazos como
Twisted, Charlie Big Potato, Hedonist (probablemente su balada definitiva) o las más antiguas
I Can Dream (desmadre total), Weak o una Little Baby Swastika para la que la cantante bajó del escenario e interpretó bailando entre todo el público como una más. Y es que la entrega de
Skin fue inmensa, no solo por el movimiento, saltos y giros constantes sobre el escenario, que la hizo flojear en algún tema muy exigente como los agudos de
Because Of You, al alcance de muy pocas gargantas, pero que confirió un aspecto de intensidad y comunión con los asistentes como ninguna de las ocasiones previas, ya que no dudó en cantar "navegando" sobre los brazos de todos los presentes en media docena de ocasiones e incluso caminar sobre los hombros de la marea humana en uno de los temas, mostrándose mucho más cercana y de buen humor que en ocasiones precedentes.

Y es que
Skunk Anansie son tanto como sea
Skin y aunque el repertorio pueda ser mejor o peor (a mi me faltaron clásicos como
Seeling Jesus o
Brazen por citar dos) es muy sencillo dejarse llevar por la intensidad y fuerza de la vocalista y una banda que despachó 18 canciones en la primera hora de show para acabar con 22 temas en menos de hora y media, dos bises, solos y presentaciones incluidas.
Probablemente podrían ir a lo fácil y ser otra de esas bandas de éxito hace años que regresan sin nada nuevo que ofrecer, actitud fríamente calculada y repertorio estudiado compuesto de los clásicos. Ellos apostaron por nuevos discos y una continuación en su carrera y aunque eso pueda suponer que el público deje de responder en la misma medida o que, como a mí, algunos momentos del show se me hicieran largos es digno de aplauso. Lo que me parece es que su vuelta será en una sala de menos aforo y visto como se las gasta Skin en los espacios amplios estar más cerca de ella puede ser una experiencia llena de intensidad.
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