

Principió el concierto puntual (como siempre en esta sala, da gusto; aforo vendido pero con algunos asientos vacíos), con sonido monocorde y distorsionado hasta que salieron los oficiantes que, de buenas a primeras, nos sueltan un latigazo de guitarra fuzz, con Cale a los teclados y la base rítmica dirigiendo una maquinaria bien engrasada. Combinando con bases pregrabadas el concierto devino en marasmo hiphopero de tintes industriales con temas nuevos (“Bluetooth”, “Hey Ray”, “Cry”) que no sintonizaron tan bien con un público ávido de fogonazos rock y que levitaba sobre una guitarra estupenda, hiriente, cuando se acercaban al pop atmosferico de “Look horizon” o nos sorprendía con rock ruidista y con músculo. Ritmos cambiantes, cual caleidoscopio musical, que enmarcaban una voz en forma y una actitud sin tacha.

Hora y media de tensión y de saber estar. No desarrolló sus temas más conocidos, no volvió a “Paris 1919”, no hizo concesiones al respetable (salvo algún lacónico Thank you) y no hizo el bis solicitado, pero qué quieren que les diga, no le hizo falta para dejar al respetable con la boca abierta y el corazón en un puño.
Por Larrypas
que grande LARRY...
ResponderEliminar