Por momentos pienso que mi capacidad de sorpresa no tiene fin. Día tras día descubro por la red más y más bandas de sonido tradicional americano, en su versión rockera, que me sacuden con canciones y discos sólidos como rocas y que provienen en su gran mayoría de formaciones de jovencísimos músicos. Crees haber tocado el cielo con The Delta Saints y llegan Hogjaw para volarte la cabeza, te conmueves con la voz profunda de The White Buffalos y te sacude el pulso soul de Thomas Wynn & The Believers....la lista sería interminable y dentro de toda esta maraña de grandes grupos están The Vegabonds como uno sus miembros más destacados.
A pesar de su insultante juventud ya cuentan con dos discos en el mercado, su debut Dear Revolution y el más reciente Southern Sons que presentaron en su concierto en la Taberna Belfast de Santa María del Páramo (León) de manera exhaustiva para un reducido aforo que durante las casi dos horas de actuación del grupo de Alabama vio como confeccionaban un show que crecía en intensidad y que si algo dejó claro fue que nos encontramos ante una banda a la que la etiqueta de southern rock se le queda excesivamente pequeña. Eso es algo que se adivina en sus discos pero que en directo se acentúa ya que fueron capaces de navegar del blues al r&b y finalizar mucho más próximos al soul bailón con el común denominador en todo este periplo de su acento de las tierras sureñas.
Muy concentrados en la ejecución de las canciones, clavando muchos de los múltiples arreglos que se escuchan en Southern Sons y excesivamente estáticos en el escenario (por poner un pero), con excepción de los serpenteantes bailes de su vocalista Daniel Allen, que no se desprendió de sus gafas de sol en ningún momento, encendieron la mecha en cuanto el chispeante lick de guitarra de Concious Fog empezó a sonar. A partir de ese momento y con el habitual sonidazo que se disfruta en el Belfast (esas paredes de maderas son mágicas) pudimos apreciar lo perfectamente equilibrado y definidos que están los papeles en The Vegabonds, todos brillando pero todos en su lugar, con sus dos guitarras alternando melodías y solos y con un protagonista sobresaliente, su teclista Jamie Hallen cuyo sonido Hammond, en un plano algo por encima del resto, fue quien tejió el colchón de texturas sobre los que los demás se movieron.
La voz de Allen, sin ser un supervocalista, demostró tener profundidad y feeling y se impuso en los temas más contundentes como la genial Resolution, una impresionante Georgia Fire, la profunda intensidad de The Heist o en ese pedazo de himno, digno del Petty más inspirado, que es American Eyes (solo les faltó tocar City With A Passion para hacer tocar el cielo a quien escribe). Y es que aunque The Vegabonds no puedan esconder de donde provienen musicalmente (su juventud hace que las influencias estén aún más a flor de piel) dejan en todo momento la impresión de tener un sello particular que les hace reconocible, quizás esa voz aguda a lo Shannon Hoon, los toques funkys guitarreros a lo Stones setenteros (de hecho hicieron un cover alucinante del Heartbreaker de sus satánicas majestades), la tendencia Skynyrd a dejarse llevar por las dobles melodías de guitarra, la valentía de Widespread Panic para hacer crecer los temas en jams ...en resumen un bolo mayúsculo de rock por un grupo que de seguir su crecimiento no tardarán en volver y llenar recintos de mayor tamaño.
Por Fran Cea
Son fabulosos y yo espero mucho de ellos. A pesar de que las condiciones del local en Madrid, el Wurlitzer Ballroom no eras las ideales dejaron ver de lo que son capaces.
ResponderEliminarTuve oportunidad de charlar con ellos en la calle y son gente muy sencilla y agradable.
Les solicité el tema BRANDEE y no me fallaron.
El año que viene THE VEGABODNS EUROPEAN TOUR 2013. (esperemos).
yo tambien tuve oportunidad de hablar con ellos y estaban muy contentos por la respuesta del publico en esta gira, creo que volveran porque han creado las suficientes expectativas como para que una proxima visita meta mas gente
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