La programación de conciertos en Bilbao no da un respiro. Así, tras la calma vaquera de un Wayne Hancock luminoso, tocaba hoy parada y fonda en el Kafe Antzokia bilbaíno de unos Fleshtones pasados de vueltas que presentaban su último disco “Brooklyn sound solution” en una maratón de conciertos a lo largo y ancho del estado. Y a fe que no lo olvidaremos, ya que el derroche de garra, de fuerza y de espíritu rockero tumbó en la lona a un respetable que acabó besando los pies de los oficiantes a modo de homenaje póstumo a un concierto que colmó expectativas y nos congració con la parte más lúdica del rockanroll.
Y es que Keith Streng y Peter Zaremba, cincuentones con figura, llevan muchos años haciendo lo mismo y, dentro del caos que se apodera de su rock & roll, se notan las tablas sobre las que lanzan sopapos sonoros que la peña está encantada de encajar. Sus escuderos al ritmo poco más pueden hacer, sobre todo el batería, que mirar a estos seres hiperbólicos en el desparrame musical.
Así en 85 minutos poco más o menos, Zaremba, Streng & Co. descargaron un huracán sónico, demostrando que además, cuando se quiere, las barreras entre el grupo y el respetable saltan en pedazos por mor de una complicidad bien entendida. Deambularon entre el público lanzando andanadas de garage, realizaron flexiones (y retaron al público a imitarles) mientras Zaremba acarreaba con guitarra y bajo sabiamente tocados por el respetable y desfilaron marciales con sus instrumentos al frente por las escalinatas del Antzokia.
Un derroche de adrenalina que en lo musical nos dejó vestigios de su último disco, con fogonazos high energy, ritmanblues espídico en “You give me nothing to go on” con la armónica de Zaremba en danza, e instrumentales de distorsión orgiástica donde el farfisa tuvo menos protagonismo que en el disco (“Coming home baby”) o con los que homenajearon influencias (“Day Tripper” de los Beatles).
Pero no se quedaron varados en su última rodaja sonora y entre litros de sudor emergieron recuerdos garageros (“Remember The Ramones”), predicamentos soul cargados de fuzz (“Feels good to feel”) y ritmanblues a toda pastilla (“Pretty, pretty, pretty”). Tres bises dieron, terminando el bolo con una versión atronadora del “Push up man” mientras se daban el piro hacia la barra entre el respetable.
Como dijo un asiduo “si es que te agota sólo verlos”. Una gozada oigan.
Por Larrypas
Buena crónica! Este miércoles están en Gijón y los espero con muchas ganas!!
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias Karlam. Y no te los pierdas, son la bomba.
ResponderEliminarLarrypas