Crónica concierto Letz Zep Valladolid Enero 2012 por Fran Cea

Seamos comedidos y dejemos de lado las consideraciones que plantea el concierto de una banda tributo a Led Zeppelin como Letz Zep (antes llamadas grupos de versiones) y la legitimidad de realizar constantes giras con entradas a precios (18 € en el caso que nos ocupa) que duplican el que, por ejemplo, cobró Danny And The Champions en Madrid la semana pasada por su show honesto y original de rock and roll.

Porque no cabe duda de que estos grupos, cada vez más abundantes y especializados, tienen su público y si alguien tuviera alguna duda se le despejaría al ver que fueron capaces de aglutinar a 150 espectadores un día de diario del frio invierno vallisoletano a la misma hora del enésimo clásico futbolero y tan solo 14 meses después de su última actuación en la capital del Pisuerga.

Los zapatos que se calzan estos cuatro ingleses no son cómodos, y sacar adelante el show de la manera que ellos lo hacen es muy meritorio ya que si todas las grandes bandas de la historia del rock se han conformado de individuos únicos, probablemente sean Led Zeppelin los mayores aglutinadores de personalidades definidas y de personajes cuyo todo era un resultado indivisible (como demostró la muerte de Bonham y la imposibilidad de seguir adelante con la leyenda por parte del resto de integrantes).

Tuve la fortuna de ver su concierto de hace un año y realmente esta segunda visita superó con creces la previa. La pericia musical de sus integrantes sigue presente de la misma manera con el estudio hasta el extremo de la interpretación de los originales, su pálido guitarrista Andy Gray apenas se permitió licencia alguna a la hora de encarar los solos o tan siquiera la improvisación de Dazed And Confused, sigue siendo respetuosa y sentida, pero en esta ocasión incorporaron nuevos instrumentos al show, su bajista Steve Turner tocó mandolinas y contrabajos y Gray el theremín, y un set acústico a la manera de la gira del 75 con un destacado Gallows Pole y That´s The Way que aportaron mayor riqueza y dinamismo al show.

Billy Kulke volvió a estar solvente y valiente a la voz y ante la imposibilidad de llegar a los registros de Plant (prohibidos salvo para unos pocos elegidos) sacó lustre a su tono algo más rasposo y se llevó a su terreno canciones como Since I´ve Been Loving You o Kashmir y brilló con mérito en la interpretación de un No Quarter que probablemente fuera uno de los momentos destacados del show.

Gray , que había ampliado de manera destacada el pequeño equipo que trajo el año anterior y que ahora constaba de originales guitarras Gibson, acústicas Martin y una Danelectro para las afinaciones alternativas tocó con aparente facilidad y se llevó merecidos aplausos después de los solos de Dazed And Confused o Whole Lotta Love pero más allá del calco interpretativo se quedó lejos de la maestría de Page, algo que se acusó de manera notable en la forma de tocar del batería Benji Reid que ni por imagen ni por pegada tiene nada que ver con John Bonham.

Ojo que no quiero que de todo lo que he comentado se pueda extraer la conclusión de que son una mala banda (no lo son y de hecho Plant los reconoce como dignos imitadores), realizan un buen espectáculo y durante algo más de dos horas aunque no consigan emocionar si logran revivir la magia de composiciones grabadas a fuego en la mente de cualquier rockero y además su respeto hacia el legado de Led Zeppelin es tratado con exquisitez, tanta como agradecimiento reciben por parte de una audiencia complacida en parte por el continente y en parte por el contenido. Un espectáculo muy digno y entretenido que quizás deberá una vez cumplidas sus dos giras en tan breve espacio de tiempo dar un paso adelante e incorporar al repertorio piezas más arriesgadas y librarse un poco del vértigo que supondría la asunción como propia de alguna de las maneras de abordar las canciones. Ahora bien, esos 18 € de la entrada...

por Fran Cea