El concierto de Molly Hatchet en la Jimmy Jazz de Vitoria fue un lujo al alcance de todos, porque poder contemplar a una banda cuyo nombre aparece en los libros de historia del rock por méritos propios, en un recinto de pequeñas dimensiones es algo que no ocurre todos los días.
Y es que aunque Molly Hatchet no hayan conseguido emparentar su nombre a los dinosaurios del género como Lynyrd Skynyrd, Z.Z.Top o Allman Brothers si que se han ganado a pulso el derecho a compartir los honores de los que disfrutan otros gigantes como 38 Special (sus mentores), Charlie Daniels Band o The Outlaws pero con la diferencia de que probablemente Molly Hatchet sean los que menos se han intentado refugiar en sus éxitos pretéritos (aunque el set list de Vitoria no ratifique esta afirmación) y han permanecido inquietos por seguir editando nuevos trabajos que aunque algunas veces no han sido lo suficientemente afortunados, sus bandazos hacia los sonidos hard rock más comerciales de los 80 o incluso el acercamiento “heavy” de su nuevo Justice son ejemplos de ello, han conservado su reputación como banda con la capacidad de hacer grandes directos.
Así que Molly Hatchet se presentaron en la sala vitoriana con una audiencia que llenó el recinto y que disfrutó de lo lindo con una formación en la que la figura de su guitarrista y fundador Bobby Ingram aglutinó las miradas y los gestos de aprobación de todos. Extremadamente participativo se involucró en el concierto conocedor de que muchas miradas se centraban en él y tocó de manera agresiva, con mucha poses hardrockeras y sacando chispas de su les paul negra desde el ritmo acelerado de la inicial Whiskey Man (aún con el sonido de la música de la sala de fondo) y ejecutando grandísimos solos como en la larga Justice, uno de los tres temas de su último trabajo, y que con su tono épico y casi marcial demostró claramente que aún pueden hacer canciones que compartan repertorio con los clásicos.
David Hlubek se encargó de dar la réplica a Ingram con su PRS y aunque físicamente está en mal estado (de hecho se tuvo que ayudar de un bastón para moverse por la sala) fue el contrapunto perfecto con su técnica más suave y ligera. Se encargó de la mayor parte de los solos de las canciones de Flirtin With Disaster (de hecho prácticamente compuso la totalidad de los temas del mismo) como en la sureña Junkin City o en Fall of the Peacemakers (una de las más ovacionadas) y con su feeling demostró ser el corazón de la banda.
Phill Mc Cormack cumplió sobradamente con su voz ronca y aunque lleve más de 15 años al frente de la banda fue inevitable acordarse de Danny Joe Brown y su tono más cálido. Quizás su timbre sea más adecuado para el cariz hard rockero de la banda, más alejada del blues y el sonido de los 70, pero sin duda realiza un buen trabajo y sabe sobradamente cual es su papel, alejándose de la parte central del pequeño escenario cuando llegan las partes instrumentales y animando al público a hacer coros y estrechar esa especie de hermanamiento que las bandas de southern rock acostumbran a tener con sus seguidores, y que en Gasteiz se vio reflejado cuando unos minutos después del show todos sus integrantes se posicionaron en el puesto de merchandising a firmar autógrafos y hacerse fotos con todo el mundo.
Se vio a una banda disfrutar sobre el escenario, saboreando cada canción y brillando en muchos momentos, como en el medio tiempo Fall of the Peacemakers, la sobresaliente Beatin the Odds o cuando en los bises nos deleitaron con una larga y excelsa Free Bird (¿realmente hacen falta versiones cuando se tiene un catálogo de canciones tan amplio?) justo después de otra canción compuesta por Greg Allman (Dreams I´ll Never See) en la que tuvieron palabras de recuerdo para muchos compañeros que ya no están entre ellos Dio, conscientes de que la única verdad para este tipo de bandas es la que se manifiesta sobre las tablas y donde han de ser fieles a su legado e historia.
Se quedó algo corto de tiempo, que no de intensidad, el concierto y el balance entre los temas más antiguos y sureños y las piezas de su nueva obra constituyeron un sólido set list que recibió la aprobación de los presentes. Parece que tras su éxito en el pasado Azkena han incluido nuestro pais firmemente en su agenda y las visitas se van a suceder de manera periódica. Por mi parte el simple hecho de ver el telón con su nombre y logo tras el escenario ya es motivo de alegría y excitación. Viejos rockeros que todavía disfrutan sobre el escenario y con un discurso musical válido. Con la cantidad de bandas mediocres que andan por ahí sueltas es todo un lujo asistir a uno de sus shows. Que dure.
REPERTORIO VITORIA
1- WHISKEY MAN
2- BOUNTY HUNTER
3- GATOR COUNTRY
4- AMERICAN PRIDE
5- FALL OF THE PEACEMAKERS
6- JUSTICE
7- BEATIN THE ODDS
8- I´M GONNA LIVE TILL I DIE
9- JUKIN CITY
10- DREAMS I´LL NEVER SEE
11- FREE BIRD
12- FLIRTIN WITH DISASTER
Por Fran Cea
El set list demuestra que debio estar genial el concieto. Yo no pude ir, pero si que estuve en el Azkena y allí sonaron de lujo.
ResponderEliminarUn saludo!
espero que algun dia pueda verlos, de los sureños estos son los que mas me gustan
ResponderEliminarYo les he visto en el Azkena solamente y la verdad es que no me hicieron mucho chiste. Tampoco me van demasiado la verdad, aunque supongo que en sala pequeña ganarán. Reseña y fotos bien, como siempre.
ResponderEliminarLarrypas
A mi son un grupo que siempre me ha gustado y fue un lujo verles en el Azkena. eso sí, de los Molly Hatchet originales no queda nadie, ni el guitarrista, que entró después y compró los derechos del grupo. Una lástima que lo mejor de sus shows tenga que ser una versión de un tema que ni es suyo..
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