La verdad es que el concierto de Carvin Jones en Bilbao-Barakaldo del 19 de febrero de 2010 es uno de los mejores espectáculos a los que he asistido en los últimos meses. Para quien no tenga controlado a este señor, Carvin Jones es un guitarrista de color nacido en Texas que ha bebido de las fuentes de Jimi Hendrix o Steve Ray Vaughan. De hecho Jones está considerado uno de los mejores guitarristas del mundo y tiene un montón de premios de revistas especializadas.
Es un bluesman, puro y duro, pero que no le hace asco al rock y al hard rock más clásicos. Sin embargo, su principal seña de identidad es el buen rollo que transmite no sólo desde el escenario sino también entre el público. Carvin Jones es un malabarista de la guitarra que hace lo que quiere con las seis cuerdas, y además lo hace fácil y sentido. Pero es que también hace lo que quiere con su Fender a cuestas: se tira al suelo, la toca con una única mano mientras que utiliza la otra para cantar por el micro, se la coloca al hombro, amaga tocar con los dientes, e incluso toca con los pies. Y es que además suena bien lo que hace en todas estas posiciones acrobáticas. Carvin Jones es el globetrotter de la guitarra, porque no sólo hace virguerías con el balón sino que luego mete los tiros desde la línea de triple.
Si a este espectáculo visual le añadimos el carisma del tío, que se bajó a tocar entre el publico hasta cuatro veces, sí cuatro veces, rodeado de gente sacándole fotos, estrechándole la mano, pidiendo besos en la mejilla a las chicas y sin dejar de tocar. Vamos que en el último vídeo que os he colgado y en algunas de las fotos de esta entrada lo podréis comprobar. Es algo que ha venido haciendo toda su vida y una de sus señas de identidad. Un tío absolutamente cercano que no paró de hacer guiños al público y obviamente se terminó ganando a la peña.
Pero es que mister Carvin Jones nos ofreció un concierto de casi dos horas y media, prácticamente sin parones. Cada canción estaba hilada con la siguiente. Estuvo cerca de una hora despidiéndose de los asistentes, pero siempre venía otra canción y otro paseo entre los espectadores para deleite de la peña. El final fue un poco caótico, con un concierto prolongado y los dueños de la sala un tanto agobiados porque en breve comenzaba su perreo party de los viernes.
A pesar de todo este buen rollo, a Carvin Jones no le conoce mucha gente. Tiene una ventaja y un inconveniente. La ventaja es que su setlist se compone de los grandes clásicos de la música blues y rock de todos los tiempos. Que yo recuerde unos cuantos temas de Jimi Hendrix como Purple Haze, Hey Joe o Voodoo Chile; canciones de ZZ Top como Tush o La Granje, Boom Boom de Joe Lee Hocker, Sweet Home Chicago, Testify de Steve Ray Vaughan, composiciones de BB King, Albert Collins o Eric Clapton, y como podéis ver, clásicos de toda una vida. Incluso se atrevió con un tema de auténtico rockabilly. Esa es su gran ventaja. Pero su gran inconveniente es que los temas propios pasan bastante desapercibidos.
La presentación de Carvin Jones sobre el escenario fue divertida. Con su eterno sombrero vaquero negro, una camiseta negra de Fender España, y una pedazo sonrisa que se transmitía a todo el mundo. Jones ha formado su propia Band of Gypsies o Double Trouble al estilo más clásico: con un bajista y un batería. Dos chavales jóvenes italianos que le acompañan durante sus shows en Europa: el batería Gianpaolo Feola y el bajista Michele (Mike) Califano. Ambos buenos músicos y que tuvieron sus momentos también de lucimiento aunque, para ser sinceros, incluso en sus solos todos nuestros ojos estaban puestos en lo que hacía el bueno de Carvin. La sección rítmica hizo guiños a otros géneros musicales como en N.I.B. de Black Sabbath, Smooth Criminal de Michael Jackson, Another one bites the dust de Queen o Black Night de Deep Purple, aunque Carvin no se terminó de arrancar.
Este señor es un enorme guitarrista, un espectáculo sobre el escenario y entre el público, y es que siempre baja varias veces a saludar a los asistentes; y un malabarista de la guitarra con la que jugó tocándola en el suelo, sobre su hombro, con las manos del revés, haciendo tapping, tumbado sujetándola con sus piernas, por encima de su cabeza,...pero siempre haciendo música y no ruido. Sólo le faltó quemar su Fender, pero por desgracia para él, con la algo más de media entrada del concierto, no le daría para comprarse otra.
Carvin Jones es uno de los músicos más recomendables, amenos y divertidos que nos podemos encontrar por nuestros escenarios estos días, así que si tienes la oportunidad no la desaproveches. Y de paso, un saludo y agradecimiento a la gente de Pasión Eventos (Alvaro) por facilitarnos el trabajo.
Hace ya tiempo yo le vi por madrid, tocando en una discoteca de esas que luego hacen fistas, y la verdad que la asistencia fue un poco lamentable. Muy buen guitarrista, y con un gran sentido del humor. Hace pasar un buen rato.
ResponderEliminarSaludos!!!!!!
Pues pasó por aquí en plena fiesta Antroxera y esta vez no asistimos. Toda bien la guitarra y es un entertainment pero no para repetir con el mismo show y las mismas piruetas. Eso sí, la primera vez lo pasamos muy bien al igual que tú por lo que leo.
ResponderEliminarSalud.
GorDT, si la verdad es que el tio se lo curra. Le había escuchado en directo, pero nada que ver con lo que transmite in situ.
ResponderEliminarPaula, la verdad es que merece la pena y volveré a repetir porque es la mejor manera de escuchar clásicos de Ray Vaughan o Hendrix que de otra manera sería imposible, y el tío lo hace bien. Da envidia ver qué fácil lo hace.
Un saludo
Vi un concierto suyo hace poco en Zaragoza.
ResponderEliminarEncaja perfectamente con la crónica.
Se lo recomiendo a cualquiera que le guste el rock.