

Con puntualidad británica salieron los madrileños Layabouts, que circularon por el lado más duro del rock. Su horario no fue el mejor y es de justicia destacar su implicación y ganas de agradar ante no más de una docena de personas (personal del festival incluído) al principio del set. La cosa mejoró con el paso del tiempo y consiguieron cerrar el concierto ante una peña más numerosa a la que presentaron su tercer larga duración. No empezó mal la cosa.

Poco después salió a escena una versión mínimal de Jesse Malin & St, Marks Social. Guitarra acústica y teclados que condujeron un show en los límites de la somnolencia. Canciones de sus discos en solitario, versiones de Neil Young (“Pocahontas”) y una bajada a coleguear con el público sentado en el suelo. Nada en comparación con lo que vendría después del mismo Jesse.

El grupo cántabro Soul Gestapo actuó en la parte de arriba en el ínterin por cambio de instrumentos. Rock & roll macizo, directo y…, ¡premio!, de nuevo Neil Young de protagonista al final, con una versión potente del “Fucking up”.

Desde que comenzaron el set los Buzzcocks ya se veía por donde iban a ir los tiros. Punk de los setenta sustentado en sus dos componentes originales, talluditos ellos, pogo desenfrenado en las primeras filas y guitarras contundentes al servicio de la melodía. Desfilaron sus mejores canciones (“Why can’t I touch it”, “Noise annoys”,… y “Orgasm adict” como fin de fiesta), pero ni con esas se me quita la impresión de que ese sonido ha envejecido mal. Así que tocó ir a ver vinilos, aprovechando la buena acústica.


Con los Bellrays sabes que es sí o sí. No fallan ni cuando tienen problemas de sonido y la Kekaula coge un mosqueo de la ostia (por cierto, igual que en su concierto de Bilbao de hace unos meses). O quizás por eso, la mala ostia salió a escena y nos regalaron con un show de fuzz desenfrenado, rock & roll de alto octanaje y toneladas de energía. Un solo momento de concesión soul con una “Blue against the sky” casi a capella y vuelta a las andadas con Lisa dejándose la voz, Bob desparramando a la guitarra y la peña acogotada ante el vendaval sónico que se le venía encima. Uff, agotador. El concierto del día sin lugar a dudas.

A los reunidos D-Generation había ganas de verlos y cumplieron las expectativas. Con un Jesse Malin hiperactivo (nada que ver con su actuación en solitario), se enchufaron desde el principio y ofrecieron un concierto vigorizante de punk rock. El bueno de Jesse no paró quieto, se subió a la barra del bar, cantó chuleta y respondió a los lanzamientos de objetos mientras se descolgaba con sus clásicos (“Capital offender”, “She stands there” o “Helpless” marcaron picos). Tirando de actitud y de distorsión gustaron y se gustaron, siendo los únicos a los que permitieron un bis.

A los Slim Cessna’s Auto Club no les acabé de pillar el trankillo. Quizás por cansancio (empezaron a las 2:00 de la madrugada) o porque pecaron de histriónicos y extravagantes, no me acabaron de convencer. Y eso que lo intenté durante poco más de media hora, pero su country pasado por tamices varios me dejó frío. Lo mejor, la guitarra de doble mástil y su “decoración”. Habrá que verlos en mejores condiciones.
Punto final a una edición que promete continuación en años venideros. Ojalá no sea sólo una declaración de intenciones. Parece que no, pero con la que está cayendo ¿quién sabe?
Por Larrypas
Buena crónica y fotos. Además me he encontrado en una de las fotos de Jesse Malin. Que bien!
ResponderEliminarYa me imagino quien eres. A ver si un día hablamos y nos tomamos una cañita.
ResponderEliminarestupenda la cronica, incendiarias las fotos
ResponderEliminarGracias tío.
ResponderEliminarAhí os dejo una crónica de las actuaciones de Benidorm
ResponderEliminarviernes: http://elconfiscadordesonajeros.blogspot.com/2011/09/turborock-ii-3-9-11-benidorm-man-or.html
sábado: http://elconfiscadordesonajeros.blogspot.com/2011/09/turborock-ii-3-9-11-benidorm-man-or.html
Un saludo