Texto: Jorge Escobedo
Fotos cortesía Eneko García Ureta (Rock In Focus)

Tras unas pequeñas vacaciones en lo que a conciertos se refiere, este fin de semana hemos vuelto al redil. A lo que más nos gusta. Vivir y sentir la música en vivo. Y para ello, que mejor manera de hacerlo que con la visita de The Jayhawks al Kafe Antzokia bilbaíno el pasado sábado 24 de septiembre.

Mucho ha llovido desde que la banda de Minnesota, actualmente liderada en solitario por Gary Louris (su mala relación con Mark Olson hace imposible la dupla original actualmente), pisara el suelo de la capital vizcaína. Y lo ha hecho mostrando un excelente estado de forma. Atrás quedan las malas sensaciones de su reunión con Olson, y prueba de ello es su último magnífico álbum “Paging Mr. Proust”, que nos vienen a presentar. Muchas ganas de ver cómo funcionan estas canciones en directo.



El aspecto que presentaba la eterna sala bilbaína era el de uno de esos días grandes. Una cola (que no recordaba en el Antzoki desde hace muchísimo tiempo) formada bastantes minutos antes de la apertura de las puertas, se encargaba de anunciar que lo que se presentaba esa noche no era un concierto más. Había una expectación enorme por ver a Louris y los suyos desempolvando los nuevos y viejos clásicos temas.

Y empieza el espectáculo. Sin mediar palabra “Waiting for the Sun” (canción del maravilloso Hollywood Town Hall) da el pistoletazo de salida. No se puede empezar mejor. El respetable coreando desde la primera nota. Esto promete. “Leaving the Monster Behind” sería la primera canción en aparecer de su último disco, del cual tocarían hasta siete temas. “Devil Is In Her Eyes”, “Lovers Of The Sun”, “Comeback Kids” y “Quiet Corners & Empty Spaces” suenan espectaculares en directo, donde se nota la mano del nuevo fichaje a la guitarra Jeff Lyster. No podían faltar clásicos como la eterna “Save It For A Rainy Day” siendo uno de los momentos mágicos de la noche.



Gary nos deleitó con un mini set de dos canciones en acústico que nos pusieron la piel de gallina. “Settled” y “Angelyne” nos arañaron el corazón. Hicieron mella en nuestros sentimientos.
Y para el fin de fiesta, “I´ll Be Your Key”, una “I´m Gonna Make Love You” arrebatadora con la parroquia totalmente desatada, y ya en el bis una imponente versión (jam incluida) de Bad Times. Otra salida por la puerta grande.

Visto lo visto, ¿Quién echa de menos a Mark Olson? Yo desde luego, no.

Artículos relacionados