Fotos y texto: Lorenzo Pascual

Nueve horas de viaje desde Francia, seguro que amontonados en la furgoneta; poco público en su última actuación; una gira lustrosa en fechas en el estado, que agotaría solo de pensarlo; descarga el material cuarenta minutos antes de empezar el concierto; y prueba someramente en la sala. Con estos mimbres se presentaron en concierto Dirt River Radio en el Keska Taberna de Llodio el pasado jueves 16 de octubre y a fe que no se notó, pues nos volaron la cabeza a golpes de electricidad, melodías recordables y toneladas de intensidad.

Representantes de un rock australiano menos reconocible (lejos les queda el aussie de Radio Birdman y adláteres varios), nos noquean con rock americano, energía, dejes country y destellos blues. Ellos son los guitarristas y cantantes Heath Brady y Danger Alexander, el bajista Mark Down-Price (Dozza) y el batera Ross Hetherington (Sko). Con dos discos en el mercado, “Come Back Romance, All is Forgiven” y la declaración de principios “Rock & Roll is my girlfriend”, se han embarcado en un tour europeo pantagruélico en las fechas, que les acercó a Llodio, convertido en parada y fonda de muchos grupos gracias a Keska Taberna con una programación sin tacha y amabilidad en grado sumo. Siempre que podamos ahí nos tendrán.


¿Y el concierto? Pues hora y pico de purito rockanrol y actitud sin tacha. Un concierto de los que nos gusta, con las guitarras al frente (dos preciosas Gretsch por cierto), estribillos pegadizos y una cierta dosis de mala leche. Ante poca parroquia (menos de lo que suele ser habitual según el responsable de la taberna), principiaron con un instrumental con el que se disiparon las dudas sobre la dirección que iba a tomar el show. El fuzz y la distorsión camparon a sus anchas en “Chase the Sun”, el ritmo más americano se citaba con “My Love” y nos sorprendían con una versión del “Stayin Alive” de los Bee Gees en clave honky-tonk. “Boys in the public bar” creció en tensión y todos cantamos, catárquicos, su estribillo. Canciones propias remachadas de electricidad y versiones de las que nos gustan, llevadas a su terreno, y pasadas por el turmix del desierto australiano. “Green River” sonó robusta (mi camiseta de John Fogerty les llamó la atención y tras el concierto hablamos un rato sobre su bolo en Ávila, de su voz, sus guitarras,…), enfrascada en una jam en la que se mezcló con AC/DC y hasta con el “Satisfaction” de los Stones.

De ahí al final, ya con la sonrisa en la boca, nos engatusaron con el himno tabernerio que es “All my friends”, menos meloso que en disco, con una versión rasposa del “Unchained melody” (sí, la de Ghost, la peli) que mejoró el original y un final de imfarto, bis incluído, en el que tiraron de músculo y nos endiñaron un pepinazo tras otro. Por allí planearon otra vez los AC/DC con una versión, quizás pelín mimética, del “Live Wire”, finiquitando el show con “Fuck You – I Miss You”, pura energía.

Era la primera cita de la gira española y, si mantienen el ritmo, las ganas y la actitud, van a quemar la Península a golpes de Gretsch. Si podéis no os los perdáis. Se lo merecen. Rock on!

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