Texto: Jorge Escobedo

A veces la decepción tras un concierto no viene dada por el grupo o la actuación en concreto, sino por la escasa afluencia del respetable a dicha cita. Y eso es lo que pasó ayer con el maravilloso grupo Elliott Brood. Una Sala Azkena de Bilbao en la que el aire podía campar a sus anchas entre el público. Una de las peores o más tristes entradas que recuerdo. Una pena. Porque lo que se perdieron los no asistentes a la velada, fue un magnífico concierto de música americana con la única pretensión de agradar y hacer disfrutar.

El grupo canadiense llegaba para presentarnos su último trabajo de estudio Work and Love, y gracias a la promotora bilbaína Last Tour International podíamos volver a revivir aquellos grandes momentos de su última visita. Para esta ocasión Mark Sasso (voz, guitarra), Casey Laforet (voz, guitarra) y Stephen Pitkin (batería) se han hecho acompañar de Aaron Goldstein al pedal Steel, dándole empaque y belleza a las canciones, haciéndolas sonar más grandes si cabe. Esperemos no sea una cosa puntual y que esta formación tenga recorrido.

Aún casi sin haber podido entrar en la sala, la banda de Toronto hace acto de presencia. Vestidos de riguroso blanco impoluto y sin mediar palabra nos escupen los dos primeros temas de la noche. "Taken" y "Little Ones", de su última obra son las encargadas de abrir la caja de los truenos. Sencillas. Perfectas para calentar motores. Como preparándonos para lo que sería la parte importante del concierto. Melodías perfectas como demuestran en la nueva "Jigsaw Heart". Preciosa. Pero no solo de su último disco vive el hombre. Por eso se encargan de repasar cada uno de sus discos. "Johnny Rooke" pone sobre la mesa su primer larga duración Ambassador, que data del 2005. Nueve años han pasado desde aquel debut que a todos nos dejó ojipláticos.

El banjo más campestre hace acto de presencia en "Owen Sound" y "31 Years". La cosa ha bajado un poco en intensidad, pero no por eso en emoción. Y lo demuestran con un lujo como es "Northern Air", de su disco Days Into Years. No puedes parar de mover la cabeza con una sonrisa. Los problemas se paralizan y solo deseas que no se acabe nunca. Has encontrado la felicidad que andabas buscando. Y de aquí al cielo. La parte final es de auténtico infarto. Sin darte tiempo a coger aire. Te enganchan de los huevos en cada momento. Pero lo malo no es eso. Lo malo es que no quieres que suelten, sino que aprieten más y más. Te gusta. Lo hacen en "The Bridge", y lo reafirman en "Each Others Kids". Con una audiencia totalmente entregada cierran el show con la enérgica "If I Get Old".
En los bises nos deleitan con una "Miss You Now" coreada por todos para finalizar. Devolviéndoles toda la pasión y fuerza que ellos no han dado durante todo el tiempo. La sonrisa no se te despega de la cara durante todo este rato. Y eso es bueno. Lo han vuelto a conseguir. Y aquellos que podríais haber ido y no lo habéis hecho… allá vosotros. Quizás no tengáis otra oportunidad. Estas se cogen al vuelo.

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