Por Fran Cea
Ya he comentado anteriormente en estas páginas que la competencia actual entre bandas jóvenes es brutal, decenas de ellas se acercan a nuestro país en tours extenuantes con hambre de escenario y reconocimiento y eso nos permite ver, a precios realmente ridículos, a formaciones de la calidad de The Delta Saints, Tracer, The VegabondsThe Whybirds o como en el caso que nos ocupa a los galeses Buffalo Summer, un grupo con apenas un par de años de vida y que están levantando comentarios más que elogiosos en la red gracias a la frescura de su música y su capacidad de evocar de manera fiel un compendio de influencias que van desde lo más clásico (Humble Pie, Cream, Free o Zeppelin) a formaciones más actuales (sin duda la más evidente The Black Crowes pero también gente como The Cult o ¿no habrían firmado Ian/Astbury el ritmo de Ain´t No Other?).



Así que con todos estos antecedentes la oportunidad de montar en el coche y viajar hasta el estupendo (y municipal) Escenario Santander un lluvioso viernes por la tarde, con entrada libre, era más que tentador y allí nos juntamos unas 200 personas para comprobar el entusiasmo de estos galeses a los que quizás hubiera sido más conveniente ver en un local de menor capacidad pero que no se amilanaron ante el envite.

Look cuidado (amplias camisas vaqueras, pantalones de campana, largas melenas...) y una escenografía sencilla en la que su vocalista Andrew Hunt (con quien tuvimos la oportunidad de hablar hace unos días) centra la acción y las miradas con sus movimientos y bailes. Abrieron con She´s All Natural  y su riff desenfrenado de guitarra en una composición que evoca a los hermanos Robinson de los inicios y a partir de aquí enlazaron uno a uno todos los temas de su único trabajo destacando la adictiva A Horse Called Freedom, el ritmo funk rock de Rolls On Through, la bluesy Down To The River (quizás su canción más conocida) o el Zeppeliano riff de March Of The Buffalo mientras la banda se iba soltando y se metía al público en el bolsillo.



Estrenaron un par de canciones nuevas que aparecerán en su próxima obra y para el arreón final reservaron el sonido Free de Ol´Duke y un par de covers,  el eterno Hard To Handle (versión Crowes) y Changes de Hendrix en un concierto en el que reprodujeron de manera fiel lo que se puede escuchar en su disco. La audiencia no permitió que el concierto terminara ahí y por dos veces les hizo volver al escenario hasta que Andrew, casi pidiendo disculpas, nos aseguró que ya no tenían ninguna canción más preparada.



En total hora y media de buena música y mejor actitud con una banda que parte en ligera desventaja de rodaje ante las mencionadas anteriormente pero que tiene calidad y frescura suficientes para posicionarse en el mercado en un par de años a poco que su nuevo trabajo les empuje a subir un escalón más, sobre todo porque a pesar de que su bagaje se muestre de manera clara tienen la capacidad de llevárselo a su terreno. Habrá que estar atentos.

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